Camilo José Cela
Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos
todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en
variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la
muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a
quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquellos gozan de un
mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol
violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse. Hay mucha diferencia
entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de
borrar ya.
Nací hace ya muchos años -lo menos ...
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