La mentira tiene manifiesta una relación entre el emisor y el receptor con el medio común donde se encuentran ambos actores de carácter "cerrado", o de un solo sentido: emisor -> receptor. En la mentira no hay respuesta de receptor de la misma. Este hecho hace que el emisor no libere el "calor no útil" y, por ello, la no existencia de respuesta por parte del receptor hace que el emisor insista, por lo que no consigue eliminar sus emisiones "no útiles", lo cual hace que muera por asfixia, en su "pozo negro".
El pozo negro alimenta el nacimiento de plantas negras, contaminadas, en forma de círculos, como la piedra forma mientras se hunde en el estanque.
Ayer, la mujer Levi, obligada por el empuje de lss heces de Rajoy se alejaba desde este hacia la periferia del estercolero del Partido Popular, con lágrimas en los ojos y acercándose a las orillas del estanque.
La imagen de la mujer Levi me hizo ver el lienzo inverso al tríptico de La Primavera, al tríptico con el que soñó un día y que abruptamente ayer despertó con los estertores de la acción judicial, inapelable cercamiento del pozo negro del Partido Popular y de las mentiras de Rajoy y sus sacerdotes y sacerdotisas.
Sanitariamente se cercan y aislan los pozos negros. El pozo negro del Partido Popular hay que aislarlo mediante la condena de su extirpación de la ería, o campo común. Extirpación, o condena por el delito de alta traición que llevará la pena de ejecución antes que la aurora llegue, en la más absoluta oscuridad que, como tal, absorberá toda luz residual de su condición política.
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