cuando se toma una muestra de sangre para saber que concentración de glucosa tiene, se supone que si tomas 100 muestras separadas entre si en un tiempo tendente a cero, todas tienen la misma concentración; no, no es así. cada muestra que tomes es diferente.
si tomas cien fotografías separadas entre sí en un tiempo tendente a cero, cada fotografía es diferente entre sí.
si te piden cien "opiniones" separadas entre sí en un tiempo tendente a cero, cada opinión es diferente entre si.
la revolución digital comenzó cuando se tomaron las cien muestras y se trataron para obtener la información que pretendes.
un ejemplo:
¿buscas saber la concentración de azúcar o, buscas saber como la célula transforma la glucosa para vivir?
¿buscas saber si tiene un infarto el corazón o, buscas saber como se relaciona la célula miocárdica con la sangre de la arteria coronaria y la sangre de la vena coronaria?
¿Buscas saber si hay una bacteria o, buscas saber como se relaciona la bacteria con el individuo, no ya con el tejido pulmonar de donde has tomado la muestra?.
la revolución digital dio comienzo cuando se hizo esta pregunta; año 1963 y, si somos más precisos, 1961. o, si qUERemos ser más precisos aún, probablemente, probablemente cuando el gato de Schröedinger no se lió y si lo hizo quien quiso meterse en su vida idiota, o privada al confundir esta con su vida política, o común entre ambos.
la revolución digital dio comienzo en Grecia, por ponernos en escenario alguno, al preguntarse con respuesta que todo observable, conceptuable, o ideable solo puede ser idiota y político. cuando D'azir al sol de Murcia se dijo, solo es de interés lo político, o común, por cuanto que con ello oteamos el horizonte y hace posible corregir el futuro; es decir, solo el "objeto intermedio" es de interés pertinente, solo la mucarna es representación y la palabra imaginable. dios, el grande, el todo poderoso, es la palabra, el flujo creador. pensar que las partes que desprecian el flujo creador, son las creDORAS, ES DE NECIOS, O IDIOTAS.
LOS IDIOTAS, DIRÍAMOS HOY, SON PROTOHUMANOS, O ANALÓGICOS. LOS POLÍTICOS SON LOS HUMANOS, O DIGITALES.
ES DE NECIOS, O IDIOTAS CONFUNDIR POLÍTICO CON POLITEJO. YA MI ABUELA MAMI ME HIZO ENTENDER LA DIFERENCIA ENTRE APARIENCIA Y SER, ENTRE VENIR DE Y SER NOMBRADO POR.
EDITORIAL
La revolución digital está aquí
Empresas y organizaciones tienen ante sí el reto de no perder el tren de la tecnología
En una sociedad que vive permanentemente conectada, Internet se ha convertido en un instrumento imprescindible para el desarrollo económico y social. Empresas y organizaciones tienen ante sí el reto de no perder el tren de la revolución digital y poner las bases para adaptarse a una transformación que afecta a todos los ámbitos: desde la ciencia y la industria a la educación, pasando por la sanidad y la política, como han puesto de manifiesto las decenas de ponentes que estuvieron esta semana en RETINA, el foro tecnológico organizado por EL PAÍS.
EDITORIALES ANTERIORES
Este nuevo ecosistema digital genera cambios de extraordinaria magnitud que inciden ya o van a incidir directamente en la vida de las personas. Si los pronósticos de los expertos no fallan, en un futuro no muy lejano los coches se conducirán solos, las impresoras 3D fabricarán todo tipo de prótesis humanas y los robots asumirán los trabajos pesados. Se puede entender que la sociedad digital destruya ciertos empleos, pero también es cierto que crea otros nuevos y, al tiempo, obliga a muchos sectores productivos a reinventarse y adaptarse a las demandas de los consumidores online.
Existe el consenso generalizado de que en la sociedad 4.0 los datos serán tan importantes como lo es hoy el petróleo. En el entorno del big data, saber capturar, almacenar, interpretar y gestionar el rastro que los usuarios van dejando, cuando acceden a Google y suben una foto a Facebook, dará una formidable ventaja competitiva. Los datos serán la materia prima sobre la cual pivotará una parte importante de la economía.
Para que la sociedad de la información y del conocimiento funcione son necesarias una educación y una cultura acordes a las prácticas digitales. Solo así se conseguirá superar la brecha tecnológica que todavía divide a quienes han abrazado con firmeza la innovación y la creatividad y quienes viven todavía en modo analógico.
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