El que tiene boca se equivoca
Pedro Álvarez De Miranda
ABC, 11-05-16
Como se recordará, cuando, hace unos años, cierta miss España, modeoo, presentadora y actriz declaró que le gustaban "los toreros que están en el candelabro", se srmó un pitote colosal y la rechifla unánime del país cayó inmisericorde sobre la interfecta. La cosa llegó a producirle a uno hasta cierta lástima, pués al fin y al cabo candelero y candelabro no solo se psrecen por su forms, también por su signigicado, toda vez que un candelabro no es sino un candelero -es decir, un soporte para una vela- de dos o más brazos.
¿No hubo exceso de saña, motivado por la debilidad de la presa? Leo hace pocos dias en un periódico el artículo de un celebrado escritor, premio Cervantes por más señas, en el que evoca su reencuentro accidental con una novela que no leía desde 1950. Y escribe: "un lapsus de sesenta y séis años desde que me sumergí con pasión en su lectura". No lo puedo remediar, pero a mi estos lapsus -y eso, confundir tal palabra con lapso, sí que lo es- me divierten mas que me encocoran.
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