El Decameron
Proemio
HUMANA cosa es tener compasión de los
afligidos, y aunque a todos conviene sentirla, más
propio es que la sientan aquellos que ya han tenido
menester de consuelo y lo han encontrado en otros:
entre los cuales, si hubo alguien de él necesitado o
le fue querido o ya de él recibió el contento, me
cuento yo. Porque desde mi primera juventud hasta
este tiempo habiendo estado sobremanera inflamado
por altísimo y noble amor (tal vez, por yo narrarlo,
bastante más de lo que parecería conveniente a
mi baja condición aunque por los discretos a cuya
noticia llegó fuese alabado y reputado en mucho),
no menos me fue grandísima fatiga sufrirlo: ciertamente
no por crueldad de la mujer amada sino por
el excesivo fuego concebido en la mente por el poco
dominado apetito, el cual porque con ningún razonable
límite me dejaba estar contento, me hacía
muchas veces sentir más dolor del que había necesidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario