jueves, 23 de agosto de 2018

Las moscas. Un regalo para Pica Lagarta, mi amor secreto.

Recomiendo su lectura y la de Scupe de PicaLagarta

LAS MOSCAS
J.P.Sartre


ACTO I
Una plaza de Argos. Una estatua de Júpiter, dios de las moscas
y de la muerte. Ojos blancos, rostro embadurnado de sangre.
ESCENA I
Entran en procesión VIEJAS vestidas de negro, y hacen libaciones delante de la estatua. Al fondo, un
IDIOTA sentado en el suelo. Entran ORESTES y el PEDAGOGO, luego JÚPITER.
ORESTES.— ¡Eh, buenas mujeres!
Todas las VIEJAS se vuelven lanzando un grito.
EL PEDAGOGO.— ¿Podéis decirnos?...
Las VIEJAS escupen al suelo dando un paso atrás.
EL PEDAGOGO.— Escuchad, somos viajeros extraviados. Sólo os pido una indicación.
Las VIEJAS huyen dejando caer las urnas.
EL PEDAGOGO.— ¡Viejas piltrafas! ¿No se diría que me derrito por sus encantos? ¡Ah, mi amo, qué
viaje agradable! Y qué buena inspiración la vuestra de venir aquí cuando hay más de quinientas
capitales, tanto en Grecia como en Italia, con buen vino, posadas acogedoras y calles populosas.
Parece que estos montañeses nunca han visto turistas: cien veces he preguntado por el camino en
este maldito caserío que se achicharra al sol. Por todas partes los mismos gritos de espanto y las
mismas desbandadas, las pesadas carreras negras por las calles enceguecedoras. ¡Puf! Estas calles
desiertas, el aire que tiembla, y este sol... ¿Hay algo más siniestro que el sol?
ORESTES.— He nacido aquí...
EL PEDAGOGO.— Así parece. Pero en vuestro lugar, yo no me jactaría de ello.

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