Desde 1971 que hago la primera definición de la identidad y de la identificación de un objeto, en particular, humano, al día de hoy, no encuentro diferencias significativas en el temor a la relaciones familiares, padres e hijos.
El pasar de una identidad social basada en testigos humanos, basada su fiabilidad realizada sin control de las condiciones en las que se hacen, a una identidad biológica basada en en testigos del propio objeto humano, basada en la fiabilidad realizada con control de las condiciones en las que se hacen, produce hielo en las venas, el desnudarse los padres ante sí, sus hijos, familia y sociedad.
Que a una madre le digas que el padre de su hija no es quien ella dice, le produce una “Reacción Orgánica a la agresión que ello supone, le produce una “parálisis emisora y de contención, total” que arriesga su vida.
Que a un padre le digas que la madre de su hija no es la que ella dice, le ocurre igual que en la anterior información, pero suscita, en este caso, terror social y estatal.
Implantar un sistema de identidad biológica, necesita de una fuerte educación que pueda hacer frente a los cambios que se dan en la unidad familiar y, por ello, a reacciones sociales de disolución del Estado y de la evolución de adaptación como la teoría evolutiva dice.
Para reducir el riesgo de verme asesinado en Coyoacán educación y la implantación se ha de hacer desde la iniciativa privada de una “fundación” y la iniciativa pública de una “fundación” pública.
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