domingo, 10 de abril de 2016

El vivir del individuo no le merece la pena.

La muestra de la población española que se intitula "política" ha reforzado su condición "idiota".

No merece la pena seguir participando de esta población.

Cuando decidí trabajar para constituir una sociedad española y no exiliarme, como se me ofreció, lo hice consciente de no darle mala vida a Francisca, pues aunque yo tenía concebidos hijos, Francisca solo tenía decidido gestarlos.

El nombre de mis tres hijos concebidos ha sido el de Euclides, aunque tenía dudas con el de Casto. Resolví Euclides, lineal, o predefinidas las condiciones de gestación y de educación.

Hoy he vuelto a anotar la concepción de mis hijos: protohumano a superhombre; de punto a imagen; de mio a comunitario.

Ser felices, hijas, Laura y Alejandra; Alejandra y Laura.


Me gustaría que no me recordéis, no merece tal condena, por corta que sea la pena.

El abuelo cometió el delito de reforzarme la memoria y la condena a escribirla para alargar su pena.

Alejandra, probablemente estás entendiendo porque no te hablé nunca de la familia. Y, ahora que hablo estás considerando la nobleza con que lo hago, aunque Augusto ha tenido que reforzarlo con la documentación aportada.

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