. Tras abandonar la casa la Junta Militar franquista, su hijo Francisco retiró el único mueble que dejaron: el despacho de su padre Don José María. Aquellos hombres que lo sacaron de su casa le dieron una carpeta de cuero que contenía unos papeles escritos a mano y una caja que contenía una pequeña pistola cargada y envuelta en una tela gruesa y gris engrasada. Ambas cosas estaban en el fondo que ocupaba toda la mesa.
Ambos objetos Francisco se los dio a su hermano Augusto.
Un día antes de la consagración de la capilla de San Antolín construida por su hijo Augusto en cumplimiento del testamento de su madre en el barrio de La Rotella. Digo que ese día me dio tres hojas escritas con tinta negra que me refirió su origen. Con la entrega me refirió: "cuando seas mayor, tú verás si cumples con la familia". En 1980, se vio cumplida mi obligación para con la familia y, en particular con la bisabuela, abuela, la tía Josefa y, muy particularmente con Antonio, el hermano del abuelo del cual me había hecho quererlo el abuelo.
Mi padre recibió una cajita: "Que la utilices con bien para la familia. Y, si no lo consigues, dásela a este chaval, que sabrá y tendrá oportunidad, de hacerlo"
Mi padre, antes de abandonar mi casa: "Toma, haz lo que entiendas debas hacer con ella". No te preocupes por tu familia, yo me encargaré mientras viva y, luego mientras tengan memoria de mi. Haré lo mismo por tu hermana, no te preocupes y cumple el compromiso heredado cuando entiendas.
En 1980 mi padre me llamó por teléfono: "compromiso cumplido. Gracias".
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