Señora Díaz Ayuso, permítame decirle, yo soy hombre y para serlo no necesito ser machista ni matar mujeres.
Señora Díaz, a la vez que hombre, soy ciudadano y, por serlo, soy feminista.
Por ser feminista no soy anti-masculino.
Soy persona por comunicarme con los humanos de mi sub-especie a través de la palabra, construyendo narraciones que comunican entre si en el tiempo construyendo crónicas que, a su vez, construyen historias que se comunican entre sí en el tiempo que, a su vez, construyen civilizaciones que se comunican entre sí en el tiempo que, a su vez, construyen culturas que se comunican entre sí en el tiempo que, a su vez, se comunican, a la que denominan, sociedad humana, o superhombre.
Este hiperciclo es fruto del gran descubrimiento hecho por el sabio Teuth, hace 6.500 años y que presentó a su rey Thamos diciéndole que era el gran invento era bueno para los hombres ya que con él dejarían de ser desmemoriados. A esta afirmación el rey le respondió que ello sería bueno para el hombre y, por ello, malo para él.
Señora Diaz yo soy macho por mi sexo y por mi cultura, por la crónica de maltrato y asesinato que las mujeres reciben por parte de los machos, yo soy feminista.
Porque tengo memoria crónica soy persona. Por tener memoria crónica sé que hay humanos que, en su evolución conservan la individuación y siguen, cohabitando en manadas, como el resto de las bestias. Son seres humanos a los que un miembro del grupo suyo, cohabitante en Cantabria, refirió que había que tratarles como a las mujeres y hombres personas, para luego rectificar y manifestó que a las bestias humanas no pueden recibir el mismo trato que las personas.
señora Díaz, la subespecie humana que conserva, ontogenéticamente y filogenéticamente, su condición de individuos y no han progresado a la condición de personas, la cultura griega les dio el nombre de idiotas. Aquellos que evolucionaron a la condición de personas les dio el nombre de políticos. Estos se ocupan de lo común y no de lo propio como lo hacen los otros.
Señora Díaz, yo soy hombre feminista, por mi condición política, me ocupo del "otro", de la "otra".
Señora Diaz, como persona, como político, elijo.
Señora Diaz, como individuo, como idiota, la nombran.
Señora Diaz, mi conducta es propia de la razón, de la cultura.
Señora Diaz, su conducta, es propia de aquel que se creó a si mismo.
Señora Diaz, yo abandoné el paraíso cuando mis padres me concibieron y antes que me gestaran.
Señora Diaz, usted ha sido expulsada del paraíso por no poder ser concebida por sus padres, dada la naturaleza de los mismos.
Señora Díaz, según la antropóloga García Martínez, aquellos humanos idiotas que simulan los gestos de las personas, les refiere "politejos" y les refiere con la propiedad que envidian de las personas, "antifeministas" y "machistas", idiotas (idio). Al ver frustado su intención de ser persona, son feminicidas.
El otro, con el que hablo, es la mujer. Si no hablo, no hay otro, dice usted.
Señora Díaz Ayuso, todas las civilizaciones transmitieron el concepto del otro, del uno idiota y el otro político. Los que se crearon a si mismo eran feminicidas al verse frustados de no comunicarse con el otro, Jhavé mató a Astharté, Caín mató a Abel. Pero, no siempre fue así, Dalila mató a Sansón, a Juan el bautista, Salomé.
Casado elige a dos “conservadores sin complejos” como candidatos en Madrid
El PP presenta a Isabel Díaz Ayuso como aspirante al gobierno autonómico y a José Luis Martínez-Alemida para el Ayuntamiento
Tras varios meses tanteando en encuestas y con grupos seleccionados de ciudadanos el tirón de sus posibles candidatos y después de disparar las expectativas al prometer “nombres muy potentes”, el líder del PP, Pablo Casado, ha apostado finalmente por dos nombres de la casa para las elecciones de mayo en Madrid. Isabel Díaz Ayuso, vicesecretaria de comunicación en Madrid, será la candidata la comunidad, y José Luis Martínez-Almeida, portavoz en el Ayuntamiento, el aspirante a alcalde. El partido los presenta como “la nueva generación de políticos que se atreven a defender sin complejos los valores del PP".
En los sondeos y encuestas probaron a Cayetana Álvarez de Toledo, Daniel Lacalle, Javier Maroto y Adolfo Suárez Illana, Isabel García Tejerina entre otros, como posibles candidatos para la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, las plazas más codiciadas. Anunciaron nombres “muy potentes”, pero finalmente apostaron por dos nombres de la casa. Pablo Casado se lo comunicó este mismo viernes, con el partido ya muy nervioso, según fuentes próximas al líder. En eso, el nuevo dirigente sí se parece al anterior, Mariano Rajoy.
El comunicado en el que el partido explica la elección es elocuente. No hay, en el texto una sola mención al actual presidente madrileño, Ángel Garrido, que asumió el cargo tras la dimisión de Cristina Cifuentes y que pretendía seguir. Casado le citó a las 20.00 de este viernes en la sede de Génova para confirmarle que no sería así. Y lo que el partido destaca de los elegidos, Isabel Díaz Ayuso para el gobierno autonómico, y José Luis Martínez-Almeida para el Consistorio, es su atrevimiento, su capacidad para hablar “sin complejos”, ese mantra que Casado defiende y reclama a los suyos desde que el pasado julio ganó las primarias del PP.
“Con estos nombramientos, el presidente impulsa a dos candidatos que representan a la perfección una nueva generación de políticos con un discurso claro en los principios liberal-conservadores del centro-derecha”, afirma el PP. “Ambos han demostrado saber combatir ideológicamente a los populismos defendiendo ideas claras (...) como el propio Casado, se atreven a defender sin complejos los principios y valores de siempre del PP”, añaden.
Díaz Ayuso, de 40 años, licenciada en periodismo, es la vicesecretaria de comunicación del PP de Madrid y una persona de la máxima confianza de Casado, del que es amiga personal desde su etapa universitaria y coincidieron en Nuevas Generaciones de Madrid. Trabajó con Esperanza Aguirre y con Cristina Cifuentes y es, efectivamente, la mejor embajadora de ese discurso “sin complejos” que pide el líder del partido, y sus polémicas declaraciones la han convertido varias veces en trending topic. Por ejemplo, cuando aseguró, el pasado lunes en este diario: “No tengo que ser feminista para ser mejor mujer”.
No tiene apenas experiencia de gestión porque casi toda su carrera política —salvo una breve etapa como viceconsejera de Justicia— ha transcurrido en el área de comunicación y redes sociales, pero fuentes del PP madrileño explican que Casado ha primado su “perfil mediático, su capacidad para viralizar sus declaraciones, y su juventud”.
Está orgullosa de haber tenido que ganarse la vida desde muy joven — sus padres se arruinaron con la crisis— y en una reciente charla con este diario explicaba que en la etapa de Mariano Rajoy se sentía desencantada y había estado a punto de regresar a la vida privada. Díaz Ayuso, como Casado y José María Aznar, comparte la idea de que la fuga de votos y fragmentación de su electorado se debe más a una relajación ideológica que a los escándalos de corrupción.
Martínez-Almeida, de 43 años, sí tiene un perfil de mayor experiencia. Abogado del Estado, fue secretario general del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid y actualmente ejercía como protavoz del grupo municipal en el Ayuntamiento. En el último congreso del PP fue nombrado, además, secretario de participación del partido. En ese caso, fuentes próximas a Casado señalan que el líder ha querido “premiar su experiencia”. En el partido pocos hablaban mal de él, solo le ponían una pega: “es poco conocido”.
Casado se la juega especialmente en Madrid, uno de sus bastiones personales. Las dificultades son mayúsculas. Recuperar la capital dependerá de un pacto con Ciudadanos (y quizás Vox), y tampoco parece posible que retenga el gobierno regional en solitario, según los cálculos de sus propios estrategas. Es un escenario muy distinto al que preveía Cristina Cifuentes antes de ser forzada a dimitir por el escándalo de su máster.
Tras gobernar la Comunidad durante el último cuarto de siglo, el PP se arriesga a perder ek Ejecutivo madrileño en mayo, desgastados por el empije de Ciudadanos, la irrupción de Vox y la alianza que aspiran a tejer el PSOE (con Ángel Gabilondo) y Podemos (con Iñigo Errejón). Y la reconquista del Ayuntamiento, en sus manos entre 1991 y 2015, tampoco parece fácil.
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