domingo, 26 de junio de 2016

¡Indignémonos!. Una exclamación absurda.

Un objeto se relaciona con otro objeto de tres modos posibles:

- Se aproxima.
- Se aleja.
- Con indeferencia.

La indiferencia conlleva el enojo o, cuando menos, la indignación.

Los objetos a los que se les sabe con vida, son aquellos objetos inertes que, en el proceso evolutivo han perdido la propiedad de la indiferencia y han ganado la propiedad de responder al Medio. Un macrobio y un microbio carecen de la indiferencia y poseen la reactividad, o INDIGNACIÓN.

Cuando la reacción frente a una agresión es la indignación se dice que tal macrobio es humano.
Por esta concepción ética se enunciaron los DERECHOS HUMANOS.

Cuando los macrobios no responden a su violación, estos macrobios no son humanos sino bestias o, simplemente, animales. Para estos, los humanos se han pronunciado con la denominada DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES.

Cuando los macronobios y micronobios no responden a su violación los macrobios humanos indignados por su violación se han manifestado sin violencia con la DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL MEDIO AMBIENTE.

Ante las manifestaciones de los macrobios pseudohumanos del denominado Estado del Reino Unido y del Estado del Reino de España,  manifestaciones no violentas, en apariencia pero con prudencia antes de su análisis, podemos concluir en un primer "draft" que al no manifestar indignación no son macrobios humanos.

En etología refiérese a su conjunto como disjunto, o población.
Mi ambición ha sido la de pertenecer a una ola evolutiva nueva, sociedad, o superhombre.
No es indignación sino manifestación de envidia, propiedad proto-humana.

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