viernes, 24 de junio de 2016

-La ignorancia pública, o idiota.

La ignorancia pública
...
Cualquiera puede vomprobar la ignorancia que nos invade: comentarios en redes sociales, conversaciones moral y gramaticalmente zafias, faltas de comprensión sritmética por doquier. Es indudable que, estadísticamente hablando, el nivel educativo ha mejorado en los últimos cuarenta años, pero eso hace más hiriente la tendencia a disminuir los niveles de exigencia y esfuerzo en un clima de insensibilidad colectiva hacia los valores de la educación, la cultura y la investigación. Y cuando nos comparamos con otros países y vemos los resultados de PISA, las tasas de abandono escolar, los porcentajes de PIB dedicados a becas, las aportaciones públicas y privadas a instituciones culturales, o los flujos decestudiantes y jóvenes graduados, entonces el pronóstivo para Espsña es grave: la ignorancia se multiplica transversalmente, socavando el futuro. ¿Qué lugar reservamos para profesores, científicos, humanistas o creadores?. ¿Qué competencias demandamos de nuestros gobernantes?.

Antonio Hernández-Gil
ABC, 24-06-16


La educación no tiene edad. Considerar la educación de 0 a 25 años es un error grave. La educación lo es de abuelos, padres, nietos, hijos, vecinos -por telecomunicaciones-.

El fracaso escolar no solo es dejar de acudir al colegio. La educación se realiza fuera de las escuelas.

El abandono escolar no solo es dejar de asistir al colegio, sino el hacer un "ciclo de", cuando tu propósito era otro.

En cantidad el abandono escolar es total. Si añadimos aquellos que gastan más años en los colegios que los determinados.

Si añadimos aquellos que han tenido que pagar con su cuerpo, para no abandonar...


La educación está basada sobre el criterio de competición entre individuos, cuando la educación tiene el fin de la colaboración para sobrevivir al medio agresivo con el cual deseamos co-habitar.

Si los espermatozoides colaboran para que uno pueda fecundar el óvulo, es sorprendente que la educación tenga como fin el competir entre si los espermatozoides para que ninguno sea capaz de fecundar el óvulo con la eficiencia de bondad máxima que haga posible que los embriones colaboren entre sí para gestar el super-embrión que consiga alcanzar la edad del feto y este disponer de la eficiencia para generar un individuo que, colaborando con los demás, alcance la condición de super-hombre, o sociedad.

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