sábado, 16 de abril de 2016

Llorar porque otro llora

Llorar porque otro llora
Andrés Ibáñez
ABC, 16-04-16

La sociedad civilizada es un sueño del que tenemos que despertar.Nadie te va a ayudar. No pidas ayuda y no intentes ayudar a nadie (puede ser muy peligroso). La tortura es algo horrible, pero a menudo resulta necesaria e incluso inevitable. Hazte con un arma y aprebde a usarla. Olvídate de los prejuici, pir ejemploos sentimentales, "del amor a la humanidad" y de la convención de Ginebra. Las instituciones están corruptas y no se puede confiar niben la política ni en la ley, ni en la policía, ni en la educación, ni en la medicina. Esta es la visión del mundo que, de forma casi unánine, intentan transmitirnos las series de televisión. En algunos casos uno percibe el eco de uba crítica al sistema. Una gran crítica al sistema es Breaking Bad por ejemplo, donde el horrible periplo de sus dobles protagonistas y su hundimiento en los infiernos se profuce por una circunstancia corriente en la vida americana: el personaje principal, profesor de secundaria, tiene cáncer, pero con su sueldo no puede pagarse el carísimo tratamiento hospitalario.
Pero lo que veo en la mayoría de las series americanas, y también  en unas cuantas inglesas que siguen los pasos de su principal fuente de inspiración, es todo lo contrario. No se trata de denunciar la prácticabde la tortura, por ejemplo,  sino de intentar convencernos de que la tortura es inevitable y, hasta cierto punto, natural, una parte del intercambio humano. Toda la serie británica Utopía, por ejemplo, es una defensa de ls necesidad de la tortura. Todos torturan allí: los malvados lo hacen, por supuedto, disfrutando y riéndose, como siempre,  pero también los personajes positivos, los políticos, las personsd mayores, las mujeres,!

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