miércoles, 12 de junio de 2019

Esperando llegar al adios

Desde febrero de 1962 nunca he tenido falta de dinero. El abuelo me dejó el suficiente para vivir. Solo mis padres eran sabedores. Mi padre nunca me negó autorización para salir de España, viajar donde yo quise y acceder al conocimiento que me interesé.

En febrero de 1969, tras el nacimiento de Martín me pidió permiso para transferirle a él su casa de Biarritz. Él habló con su madre Joëlle y sus abuelos Pierre y Martine sobre ello cuando vinieron a Madrid para presentárnoslo. Se hizo en Lyon donde mis padres acudieron para devolverles la visita.

Con el nacimiento de Federico y María en junio de ese año se procedió de igual modo en Madrid.

En 1967 yo les cedí dos patentes creándoles a los cinco una fundación. Este año me comunicaron el estado de la fundación que me satisfizo.

Hoy vivo de mi soñada MZN dirigida por mi sobrino Augusto, con evolución muy saludable.

Mis hijas, Alejandra y Laura, y esposa Francisca, ya disponen de mi legado.

Yo solo espero a despedirme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario