A modo de Estado Mayor del Ejército se mantuvieron reunidos durante tres meses siendo incapaces de tomar una decisión. Su Jefe, tras la mascarada de "en funciones", ha dejado a su ejército sometido al fuego enemigo. Recuerdo que en 1911 el general Salvador Díaz-Ordóñez, sabiendo que su deber era tomar decisiones según órdenes de su Jefe Supremo y sabiendo que la lealtad a sus soldados suponía su muerte, raudo dejó su puesto de seguridad en la retaguardia, a lomos de du caballo se puso al frente de sus leales soldados. Al levantar su mano diestra empuñando su sable de mando hizo llamando a sus hombres: ¡adelante por Dios, la Patria y el Rey!, ¡adelante todos en uno!.
Apenas escuchadas por sus hombres las palabras, recibió en su pecho la bala enemiga que le dejó agarrado a la crin de su caballo hasta ser abatido. Mientras él caía descabalgado, sus hombres descendía el valle donde uno a uno fueron entregando sus vidas por la única patria que sentían: ¡España!
Cobarde ejército de políticos que abandonáis el campo de batalla cuando habíais prometido defenderla.
Políticos sin honra, maldita la hora en que habéis sido gestados. Vergüenza de vuestras familias, olvido de los españoles a los que habéis nentido con vuestra deslealtad.
Abandonar esta Tierra con historia gloriosa de lealtad y no obligar a us nativos a expulsaros con la violencia de la defenestración de las habitaciones que habéis ocupado deshonrrosamente.
¡Adelante compatriotas defenestrémoles!
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