La gravedad es la fuerza invisible del Universo. El amor, la amistada, la gravedad, es la capacidad que tiene un cuerpo de inducir en otro el ser atraído por este. También se denomina empatía.
El amor, la amistad, es la relación entre padre e hijo (M.m). De ahí, la relación entre personas no de padre e hijo, son derivadas de aquella.
Presentación
El amor, la amistad, es la relación entre padre e hijo (M.m). De ahí, la relación entre personas no de padre e hijo, son derivadas de aquella.
Amor = G x (padre x hijo)/d*d
José Guillén Cabañero
Traductor de
Marco Tulio Cicerón
La amistad
(Editorial Trotta)
Presentación
El afortunado que tiene un buen amigo es un hombre rico, porque tiene un verdadero tesoro. Y tesoros hay pocos.
En la Sagrada Escritura se destaca una pareja de amigos: David y Jonatán.
“Jonatan hizo pacto con David, pues lo amaba como a su alma, y quitándose el manto que llevaba, se lo puso a David, así como sus armas militares, su espada, su arco y cinturón”.
Y David, por su parte, llora así a Jonatán, muerto luchando en el campo de batalla: “Angustiado estoy por ti mi dulcísimo. Más que el amor de mas mujeres”.
Entre todos los poetas de la antigüedad crearon tres parejas cuya amistad ejemplar se revelaba en alguna escena de la vida. Tales son:
Teseo y Piritoo.- Teseo defendió a su amigo hasta las puertas del infierno contra el Can Cerbero y contra Plutón, liberándolo luego Hércules, que lo restituyó al reino de los vivos.
Aquiles y Patroclo.- Aquiles apreciaba tanto a Patroclo que hasta le dejaba sus armas para que luchara con ellas. Muerto Patroclo a manos de Héctor, Aquiles juró vengarlo dando muerte a Héctor, como hizo en realidad. Sus restos mortales fueron colocados juntos en una urna de oro.
Orestes y Pílades.- Condenado Orestes a muerte por el rey Toas de Quersoneso, sin conocerlo personalmente, se empeñó Pílades en morir por él, cosa que Orestes no consentía de ninguna forma.
Otro par nobilísimo de amigos son Niso y Euríalo, presentados por Virgilio en la Eneida. Y ya entre los tipos históricos, recuerda Cicerón a los pitagóricos Damón y Pítias (o Fíntias), que vivieron en Siracusa hacia el 350 a. C. Condenado a muerte uno de ellos Condenado a muerte uno de ellos por Dionisio, tirano de Siracusa, pidió unos diásporas para despedirse de su familia, quedando el amigo en su lugar. El empeño de morir el uno por el otro ablandó la crueldad del tirano y les rogó que lo admitieran como tercer amigo.
Otra nueva pareja nos presenta Cicerón en las personas de Escipión Emiliano y Cayo Lelio, que nos refiere en este libro. En boca de Lelio pone Cicerón todas sus investigaciones, sus experiencias y sobre todo la ternura de su corazón, exponiendo de esta forma todo lo que él pensaba sobre la amistad para amortiguar los odios y las inquinas que pululaban por Roma en los días que siguieron a la muerte de César.
Yo deseo que este libro de Cicerón, traducido para nuestros tiempos, sino que salte a la calle, entre las casas, se lea como un manual de los buenos amigos, y lleve la felicidad a muchos corazones que hoy se ven solos y abandonados por no haber logrado encontrar un buen amigo con quien comunicar sus penas y participar de sus gozos y de sus alegrías.
No hay tesoro mayor que la amistad. Hagamos por vivirla. Con ello no solamente tendremos una vida feliz, sino que sentiremos el gozo de saber llevar la felicidad a otros corazones.
José Guillén Cabañero
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