Hace 85.000 años, érase también el Hombre en Arabia.
El Hombre migró al norte y al este, a Europa y a Arabia, desde su Edén de África.
Ya se había dotado de lóbulos frontales capaces de producir imágenes de sus nietos y de sus tatarabuelos. El Hombre ya disponía de la capacidad de ABSTRACCIÓN. La capacidad de concebir, de gestar y educar. El hermoso respeto por la memoria, la necesidad de dotar de herencia a quienes les sobrevivían; de transmitir el saber y conocer con los que sus abuelos les educaron.
Apreciaban que su vida era tan corta que tenían que aumentar su prole como medio de superar tan corta vida. Posteriormente tendría que ajustar su prole alargando su vida con la domesticación de animales y vegetales a utilizar en períodos de hambruna al no coincidir la estación anual con su paso migratorio.
Así es como se fueron asentados clanes en tierras a las que llegaban en su discurrir migratorio.
Hoy es noticia del hallazgo de una falange de hombre adulto en Arabia.
Hallazgo coincidente con la detección de luz emitida por un cuerpo celeste hace miles de millones de años.
¡Qué hermosa actuación de hombres de hoy en la búsqueda de su linaje!
¡Dios!
Tenemos información que pensábamos íbamos a tener dentro de 85.000 años.
Hoy podemos tener esta información sin fotografiar los taquiones.
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