El Universo está constituído por un hiperciclo toroidal resultado de la intersección de dos subciclos toroidales en dos puntos críticos y con origen en un centro director de ondas.
Uno de los ciclos es aparente, u observable. El otro es latente, o no observable.
Cuando se habla del planeta Tierra se dice que se está muriendo por el cambio climático. De modo continuo vive y muere, es observable y latente.
El clima, o tiempo del planeta es resultado de dicho trabajo. En su trabajo de adaptación al medio libera calor no útil, como ocurre con cualquier objeto que le constituye y tomemos para observarlo.
No hay cambio climático consecuente a la actuación maligna del ser humano sino por si mismo.
Se haga lo que se haga, podremos observar la muerte del planeta como propiedad de la materia; esto lo dice la física, no porque lo diga dios alguno, ateo alguno, o quien quiera decirlo. Nadie dice por voluntad sino por su naturaleza.
No es materia de ecologistas ni desmadrado sacerdote alguno. Es desmadrado por su naturaleza no racional y no por saber exhalado por espíritu alguno, santo y maligno a la vez.
También podemos decir que el núcleo del toroide, del hiperciclo es el "agujero negro de gusano".
El Universo no tiene origen ni fin. No es cuantificable el número de nacimientos y muertes que tiene, no que ha tenido ni tendrá.
De la Tierra decimos igual.
Del hombre decimos igual.
De la historia decimos igual.
¿Habéis recibido al abuelo fotón que nació después y antes de hacerlo nosotros?
Yo sigo con su maleta abierta, buscando entre sus calzoncillos el hermoso y esperado recuerdo que me trae ya que él sabía que yo había sido y que sería su nieto agustito. Él sabía que me encontraría con un jersey verde tejido por su querida hija Marina para mi, su nieto que le sigue esperando para quitarle la boina y ponérsela mientras se sienta en su pierna.
Abuelo, sienta, descansa y cuéntame tú primero, luego te pregunto tantas preguntas que he ido anotando.
¡Abuelo!
¿Has dejado migas o piedras en el camino?
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