viernes, 2 de noviembre de 2018

Significado del llorar

Cuando un depredador se encuentra expectante ante la presa, llora. La presa confía ante el depredador, que con su máscara de presa espera la ocasión para que se humille aquella, momento para reducir sus fuerzas y que se postre ante él, ahogándose en su profusa salivación y el estridor de su lengua que,  congestionada será su arma suicida.

Cuando un humano llora manifiesta su condición de depredador. Cuando una persona llora lo es para confundir a la presa. La persona llora por educación, no por su condición genética; de ahí que el llorar es un hecho diferencial entre culturas.

 Cuando una persona no está educada en el llorar, contrata a otra para que lo haga en su nombre. Este es el origen de las "plañideras" en el luto por el idiota de la familia muerto. En el luto por el político de la familia muerto no hay plañideras, sino fiesta. 

En nuestra nación, con el cuerpo presente del político y compartiendo licor liberador unos tiran del hilo de su memoria y otros tejen la memoria común con la recueca de los comunes tras mesarse los cabellos, o cardarse sus memorias para con su saliva entre los dedos y kas lágrimas en las manos harán la fina hebra que hará crecer la madeja de su familia y que dará abrigo al largo invierno de su pueblo del que saldrán los brotes verdes de aquellos que seguirán el camino donde el político dejó el sello de su andar por el punto vacío de la línea que danza en el Universo infinito sentido Azul.

Cuando mi padre me azotaba, sentía el dolor profundo de no ser escuchado en mis razones solicitadas. Mas no lloraba, abandonando mi padre el intento de obtener de mi, arrepentimiento de lo que no había hecho y que era motivo de enojo del padre al hijo.

A mi padre le tenía aprecio y reconocimiento, por lo que no conseguía nunca que de mi saliera lágrima alguna. Cuando murió mi luto no ha sido aparente para regocijo de sus presas que se sentían depredadoras de un cuerpo muerto por no saber que su Memoria seguiría viva.

Lamentables presas carroñeras de no saber su condición y vivir en la ignorancia de ser sus presas.


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