viernes, 19 de julio de 2019

1967 y los ruídos aéreos.

Este año de 2019 es el tercer año que no he podido huir de Gijón en el momento que la aviación militar del Estado del Reino de Epaña nos bombardea por orden del Poder Ejecutivo a petición del Ayuntamiento de Gijón.

Parece que solo los explosivos son los únicos medios de bombardeo.

El ruido, es un arma.

Las autoridades no han tenido en cuenta la salud humana de los residentes en Gijón.

Están poniendo en riesgo la salud de los ciudadanos con TOC faltos de asistencia urgente especializada y centros especializados.

En junio de 1967, tras haber realizados los exámenes tengo que ir a USA, LA, donde me espera el padre de Joëlle y María, mi prima que no conocía. Nos preparan el viaje de los dos al concierto de Monterey, me habían entrado en UCLA. La razón era que haría registro de una patente y la creación de una fundación con participación de UCLA, Joëlle y Marie.

Mi única condición era no ser utilizada en motivos bélicos, primariamente y secundariamente.

En 1967 se produce la toma de los Altos del Golán por Israel.

Desde entonces no controlo los efectos que me producen los aviones.

La patente fue cedida por 50 años. Actualmente está liberada.

Desde allí nos trasladamos a NY para el gran concierto. Yo tuve un problema que me tuvo aislado 48 horas. Regresé a Madrid acompañado de Pierre, donde me recogió mi padre; yo era un rockero, imposible, que acudió a USA por los conciertos.

Mi padre estaba en Madrid acompañando a mi hermana y tratando de saber qué había con su nieta Paloma tras nacer viva y llorando. 
Mi madre se quedó en Asturias acompañando a mi abuela.

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