martes, 14 de agosto de 2018

4de agosto de 1385

Eran las 4 de la tarde de 1385 en el Campo de San Jorge de la tierra portuguesa de Aljubarrota. Las tropas castellanas con Juan I de Castilla al frente y a su lado, apartado del mando iba su Alférez Real, el leal caballero asturiano Don Gutierre Bernaldo de Quirós que por contravenir la órden de ascender la pendiente del Campo de San Jorge, con un calor abrasador y deslumbrados por el Sol que se iba a su ocaso, los caballeros castellanos se vieron saeteados y cayendo en los pozos de Lobo. Don Gutierre bajó de su silla al rey, su Iole a su caballo al que azuzó para sacar del campo al febril rey, ordenando a su hermano Lope y hermano García que lo protegiesen hasta tierras de Castilla, cosa que así hicieron dejando a don Gutierre en el suelo con el cendal del pendón real, asido con los dientes contra su pecho.
Ante la negativa de cederlo, los hombres de Don Nuno cortárenle las manos por sus muñecas. Saltó a un caballo que desmontó y cabalgó sin descanso hasta alcanzara Don Juan en tierras de Zamora, dándole el cendal como símbolo de no haber perdido la batalla. 

Asegurándole la guardia, Don Gutierre, acompañado de sus fieles Don Lope y don García tomaron camino a sus tierras de Quirós. Hasta que murió peleó en defensa de su rey, conociéndole desde entonces “el de los tucos”

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