Cuando realizaba mi Licenciatura de Medicina en la UAB, cursando el último cuatrimestre, asistí a una lección del profesor Paul Sicard, acerca de “relación causal entre herniación del disco intervertebral lumbar y la ciática. Hasta ese día había estudiado la ciática como una enfermedad reumática, de origen no sabido.
En 1956, el profesor Sicard es llamado a presenciar la autopsia de un amigo suyo que había sido atropellado por un tranvía. El muerto, no solo es amigo, sino también paciente suyo a tratamiento con diagnóstico de ciática.
Presenciando la autopsia, él, cirujano ortopedia, le hace una exploración del nervio ciático desde el pliegue glúteo hasta el canal vertebral. En el canal vertebral halla una hernia en el disco L4/L5 que comprime la raíz L5, produciendo en el mismo una deformación pálida de la misma.
Este hallazgo sorpresivo lo comunica a la “comunidad médica”, refiriendo que, “a partir de ahora, hay que pensar que, al menos, algunas ciáticas están producidas por una hernia fiscal lumbar”.
En 1960, le propone a un amigo suyo y del muerto a tratamiento por ciática, la exploración quirúrgica del canal vertebral y, si hay hernia, hacer una resección de la misma. El amigo común accede y, el profesor Sicard hace la primera discectomía para, con ella, retirar la hernia del disco L5/S1. El resultado fue un éxito en cuanto a eliminar la ciática y no el déficit motor de L5 y S1, que se redujo en el año que siguió a la cirugía.
Esta cirugía y su relación con la ciática, motivó la comunicación a la comunidad médica refiriendo:”a partir de ahora hay que pensar que la ciática es producida por la herniación de, al menos, un disco lumbar. Y, quizás, en algún caso, la ciática sea producida por una enfermedad como, pudiera ser, la “ganglionitis”
En aquel momento yo trabajaba en el laboratorio de Análisis Clínicos del hospital de la Santa Cruz y San Pablo, a la vez que en la cátedra de Bioquíca Clínica de la USB. Nunca más lejos de mí que el dedicarme a ejercer Medicina, mucho menos la neurocirugía y, sin atisbo alguno la cirugía.
Como siempre me adapté al medio agresivo del nicho ecológico, o hábitat personal, ejercí como médico, como neurocirujano y apliqué la técnica quirúrgica de detección, diagnóstica y, en particular, de la técnica quirúrgica “nuclectomía por vía intra-foraminal, desde 1982. Nunca he sido cirujano neurológico sino neurocirujano, teniendo en cuenta que la neurocirugía es la especialización médica primera, o más antigua, ya que la fisiopatología quirúrica no tiene nada que ver con el resto de la cirugía, al igual que sucede con la de detección y diagnóstico.
La hernia nuclear del disco inter-vertebral es un problema de vida, Salud, o bienestar. La causa es de educación en salubridad. Y, propio de la vida, la degeneración, o envejecimiento.
El trabajo del disco intervertebral no es de “amortiguación”, sino limitante del trabajo de la unidad vertebral, segmento vertebral y columna vertebral.
Este cambio conceptual suposo el cambio en la detección, diagnóstico y el tratamiento.
Ante el inmovilismo del nicho médico con el que cohabitaba, opté el cambiar de nicho y he creado el propio, movilista, adaptativo.
No solo en el nicho de asistencia médica humana con el apelativo hernia discal, sino con aquel de envejecimiento, o degeneración personal.
Yo nunca traté hernia discal. Nunca.
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