El Reino de Asturias se constituye por población autóctona, venida de África hace unos 6.000 años. No se construye por población inmigrante, no invasora sino recibida desde 300 años a.C. hasta el 400 d.C.
Es curioso como los que se nombran historiadores refieren su fundación por los inmigrantes recibidos por los que en el ahora nombrado viejo territorio astur/cántabro/castellano/ galaico/portugués. Como si solo el proto-Reino de Asturias solo lo es por ser escrito por los inmigrante o, los invasores de Roma.
El Reino de Asturias tiene raíces profundas en la domesticación de los minerales, las plantas, animales y de ellos mismos.
Me gustaría decir que antes de la llegada a territorio virgen del homo sapiens, allí habían llegado antes los homo nehandartalis, como los residentes en la hoy nombrada como Villaviciosa, por lo que los astures son inmigrantes de los antes astures nehandartalis. Y, probablemente, estos fueron inmigrantes de los astures titanes, en el convenio greco/latino y, por convenio de los hoy orgullosos astures, los hijos de los dioses cuando estos apreciaron que estas no eran las que ellos habían pretendido sino otras que superaban sus pretensiones. Somos hijos de aquellos que representaban a sus dioses como bestias en las rocas, con la fuerza de los que hoy decimos uros, que habitaban las tierras que gustaron tomar en posesión por indicación de la fuerza que movía por la superficie y la que lo hacía uniendo el azul con el ocre gestando el hermoso verdor de la tierra que pisaban y le daban de comer a ellos y a las bestias.
Pronto ofrecieron sus vidas a sus hijos, disponiendo sus cuerpos sobre altas piedras, para que las bestias aladas los portaran ante los dioses en muestra de reconocimiento de su origen divino.
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