lunes, 13 de agosto de 2018

La indiscreción es la moneda del esclavo, o miserable.

En 1917 los partos se hacían en casa con la ayuda de comadrona local. El recién nacido se registraba civilmente  (registro civil) y en la iglesia de la parroquia tras ser bautizado (registro de bautismo). Dada la alta mortalidad en el primer mes de vida, se bautizaba rápidamente con el fin de poder entrar en el Cielo libre del pecado original con el que nacía; antes de nacer ya peca el neonato. A mi padre le pasaron estos procederes por duplicado ya que antes de nacer había pecado, como todos y porqué su nacimiento desestabilizaba la familia de la madre. 
Augusto, no me busques en el cielo ni tampoco en el infierno, estaré por los caminos, sin decir nada para no seguir pecando. 
Recuerdas que siempre te hemos dicho que las cosas de familia y, aquellas tuyas, no las des a saber ya que se las considerarán pecado. 
La discreción es propiedad del hombre libre, el esclavo es indiscreto, utilizando la indiscreción para vender su condición de miserable.



No hay comentarios:

Publicar un comentario