martes, 14 de agosto de 2018

Fundación Federico d’Ornais

Cuando en 1968 llegué a La Corona lo fue por las fiestas patronales de Lugo a finales de junio procedente de de Monterrey  México habiendo conocido a Marita, la nieta de mi tío abuelo Antonio Nos conocimos por teléfono desde Monterrey de México donde vivía su madre. Su padre, vivía en Jalisco. Sus padres estaban divorciados. Marita estudiaba un curso de Matemáticas en la UCLA para luego estudiar Físicas. Nos veríamos en agosto en Monterrey California para conocernos ya que quería ir a un concierto. Tordo lo habló ella.
Cuando llegué a Lugo le dije a mis padres lo sucedido en positivo con Joël y que debería volver a México con la documentación que me había dado el abuelo para la familia de su hermano Antonio; familia que había dejado en México. La documentación era la herencia de su madre y de la que el abuelo era albacea. Mi madre me dijo que estaba loco. Yo le dije que buscaría a la familia dejada en México.

Mi padre se fue a Lyon para hablar con Joël y sus padres, “mi hijo no deja un hijo por el mundo”
Según Joël, trató de convencerla que se casará conmigo, pero ni él ni sus padres, al igual que yo, no lo consiguieron. Mis padres fueron en febrero de 1969 a conocer a su nieto, con arreglo bajo el brazo que se lo entregó a los padres para Martín y Joël. Mis padres hablaban mensualmente con Joël y sus padres.
En agosto de 1968 volví a México, les dije, pero fui directamente a LA donde me recibió Marita.

Nos fuimos a Monterrey solos y soporté el ruido que a ella le gustaba. Luego nos fuimos a Princepton para matricularse y regresar a Jalisco de paso a Monterrey, para visitar a su familia. En LA le conté mi relación con Joël y la gestación que teníamos. Acordamos gestar un hijo y lo hicimos, a los nueve meses eran dos, María y Federico.
En febrero de 1969 mis padres acuden a Lyon tras el nacimiento de Martín, regalándole a él y al hermano americano que nacerá en junio, la casa de Biarritz que mi madre desconocía. Pierre, el abuelo materno,  se encargaría de rehabilitarla. 
Tras la rehabilitación pasó a ser propiedad de Fundación d’Ornais hermanos. Posteriormente, tras la muerte de Federico pasará a ser Federico d’Ornais y hermanos, radicándose en Massachussets, USA, siendo administrada por los dos hermanos y a la que se incorporaron otras propiedades tras la muerte de los padres de Joël y de Marita. Con el nacimiento de Alejandra y Laura, se incorporaron a la Fundación, cuestión que no conocen por iniciativa personal de ellas.

Esta nota la hago de madrugada por no poder dormir. Probablemente, tenga inexactitudes que en otro momento corregiré.



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