viernes, 27 de mayo de 2016

La resistencia de las colonias bacterianas, no de las bacterias, a las acciones de los politejos.



Como consecuencia de entender que la asistencia sanitaria es un producto comercial susceptible de ser considerado como un producto con el cual se puede especular por la codicia del mercader, y la ignorancia del politejo ignorante, nos están conduciendo a la situación de catástrofe derivada de la guerra biológica que no es otra que aquella del uso de medios capaces de la destrucción de los seres vivos, vegetales y animales.

Hoy leo que si se puede considerar lícito el uso de la energía nuclear hace 70 años en Hirosima. También se dice que su responsable visita la ciudad y que no pedirá perdón por tan cobarde acción.

Hoy hago memoria de como los politejos, ignorantes, especuladores y envidiosos, han destruido el Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital General de Asturias mientras se mantiene y crece el foco de multi-resistencia antibiótica  en el Hospital Universitario Central de Asturias, con consecuencias actuales de muertes con tenencia a extenderse de los focos actuales al resto del País, donde estas situaciones están creciendo al amparo de la quietud ignorante de los politejos.

Las bacterias no son "super" se comportan igual que siempre lo han hecho con resultados exitosos para su vida.









Encuentran una superbacteria inmune al antibiótico más potente

Una mujer en EE UU sufre una infección de orina con una versión de la bacteria 'E. Coli' resistente al tratamiento con colistina, un antibiótico de último recurso para esos casos

La bacteria 'E. Coli' puede desarrollar resistencia a los antibióticos más potentes
Una mujer de 49 años se ha convertido en la primera persona portadora de una bacteria resistente a la colistina, un antibiótico de último recurso para las peores infecciones, que desarrolla una enfermedad. Según han explicado investigadores del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Bethesda, Maryland, EE UU, la paciente sufría una infección de orina causada por una versión de la bacteria E. coli con una mutación del gen mcr-1 que le hacía inmune al fármaco. Esta mutación se había detectado por primera vez en China en cerdos y en algunas personas, y desde entonces había aparecido en países de todo el mundo.
Los científicos, que han publicado sus resultados en la revista de la Sociedad Americana de Microbiología Antimicrobial Agents and Chemotherapy, consideran que este descubrimiento “anuncia el advenimiento de bacterias realmente resistentes a todos los antibióticos”. No obstante, otros expertos han matizado que aunque este tipo de patógenos son preocupantes, no son catastróficos porque la colistina es solo uno de varios antibióticos que rara vez se emplean. “Es malo, pero no es apocalíptico”, decía hace unas semanas Makoto Jones, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Utah en Salt Lake City.
Enfrentadas a la presión de los antibióticos, las bacterias cambian para sobrevivir. Cuanto más se emplean este tipo de fármacos, tanto para tratar a humanos como para hacer crecer a animales de granja, es más probable que los microorganismos desarrollen resistencias. Eso ha hecho que antibióticos como la colistina, una sustancia muy tóxica que solo se empleaba en caso de necesidad extrema, haya pasado a utilizarse con mayor frecuencia y que las bacterias, finalmente, hayan mutado hasta lograr hacerle frente.
Enfrentadas a la presión de los antibióticos, las bacterias cambian para sobrevivir
Según explica Jesús Rodríguez Baño, coordinador de la Red Española de Investigación en Patología Infecciosa, esta resistencia se ha encontrado en muchos países, entre ellos España, aunque aquí no se han observado infecciones clínicas. “Lo más preocupante es que este mecanismo de resistencia se puede transmitir de una bacteria a otra con relativa facilidad, porque está en un plásmido, un pedazo de material genético que se puede transmitir”, apunta el médico del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla. “Por ahora no se sabe qué alcance va a tener, pero es una alerta importante porque en el pasado casos similares han acabado por convertirse en un problema”, añade.
Este tipo de superbacterias resistentes vuelve a llamar la atención sobre la necesidad de utilizar los antibióticos de un modo más racional, tanto en el tratamiento de personas como en su uso en animales. Las autoridades sanitarias alertan de manera insistente sobre un problema que solo en Europa causa 25.000 muertes al año.

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