La ONU lee la cartilla a los líderes mundiales en la cumbre contra el cambio climático
España se suma al grupo de los países más ambiciosos, que reclama pactar un compromiso de cero emisiones de CO2 para 2050
El secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, dio hoy un puñetazo en la mesa con su discurso inaugural de la cumbre que la organización celebrará durante dos semanas en la ciudad polaca de Katowice. Es la trascendental reunión en la que los líderes mundiales deben fijar la reglas y los compromisos concretos para ejecutar desde 2020 el Acuerdo de París para minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y paliar los efectos del cambio climático.
Guterres, en un momento en el que Donald Trump se ha desentendido de los acuerdos que en 2015 selló Obama, afeó a las decenas de mandatarios mundiales presentes que prácticamente ningún país está haciendo lo suficiente para cumplir con el compromiso de evitar que la temperatura media de la Tierra suba dos grados centígrados respecto a la época preindustrial.
«Aunque somos testigos de impactos climáticos devastadores que provocan el caos en nuestro mundo, seguimos sin hacer lo necesario, no vamos suficientemente rápido», criticó, según recoge Afp. Guterres recordó que, como acaba de poner de manifiesto el grupo de expertos internacional, no solo no se avanza sino que se retrocede. Que el cambio climático, aclaró, va más rápido que los gobiernos y que si no se rectifican las políticas con urgencia no solo no se parará el calentamiento en dos grados sino que se llegará a los tres. «Debemos alcanzar su ritmo pronto, antes de que sea demasiado tarde y las alteraciones sean irreversibles y catastróficas», indicó al tiempo de que avisaba que para «muchas personas, regiones e incluso países, ya es una cuuestión de vida o muerte». «Es difícil entender –lamentó– por qué, nosotros, colectivamente, seguimos avanzando tan lentamente, e incluso en la mala dirección».
El máximo responsable de la ONU aseguró que el mundo ya no tiene más tiempo y que esta cumbre, si de verdad quiere frenar el cambio climático, debe comprometerse a ejecutar el Acuerdo de París, pero en sus términos «más ambiciosos». «Estamos muy lejos del rumbo; necesitamos más acción y más ambición», reclamó. Su opinión es que a los representantes mundiales ya solo les cabe fijarse como meta frenar el calentamiento global en 1,5º centígrados y que, para ello, esta cumbre debe comprometerse a reducir las emisiones de CO2 en un 45% respecto a las de 2010 para 2030 y a alcanzar las cero emisiones en 2050. El primer ministro de Fiyi, uno de los países amenazado de desaparición por el cambio climático, subrayó con dramatismo minutos después el llamamiento de Guterres. «Si ignoramos las pruebas irrefutables, seremos la generación que traicionó a la humanidad. A quienes arrastran todavía los pies, les digo simplemente: '¡Háganlo!'».
La letra pequeña
La cumbre de Katowice, la XXIV Conferencia de la ONUsobre el Clima (COP24), debe fijar la medidas, los plazos y los controles para cumplir los objetivos de París, pero también garantizar la financiación anual –100.000 millones de dólares– para apoyar en su reconversión a los países en vías de desarrollo, y aprobar un compromiso de «transición justa» que atienda a los trabajadores más afectados, sobre todo los mineros del carbón.
España, según aseguró Pedro Sánchez en su discurso de tres minutos ante el plenario, se alinea por completo con las reclamaciones de Guterres y se comprometió a formar parte del grupo de los países que adopten los acuerdos y objetivos «más exigentes». Mucho que hacer si se tiene en cuenta que es uno de los pocos países europeos en los que en 2017 volvieron aumentar las emisiones de CO2.
Sánchez recitó ante los mandatarios internacionales los objetivos y las medidas contenidas en el proyecto de ley de cambio climático que en breve enviará al Congreso. Los objetivos son reducir las emisiones de CO2 en un 37% sobre el nivel actual en 2030 y en más de un 90% en 2050.
Para ello en 2030 el 35% de la energía consumida debe ser renovable (100% en 2050) y se debe haber logrado un 35% de mejora en la eficiencia energética. Se cerrarán las centrales térmicas de carbón y las nucleares para 2030, y en 2040 no se podrán matricular más vehículos de gasóil, gasolina o gas, que desde 2050 ya no podrán circular.
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