La agresión sexual hay que detectarla para poder hacer un tratamiento con "vacuna".
Por supuesto que hay que exterminar el idiota asesino imposible de domesticar.
No se puede educar a las bestias de la sub-especie humana de idiotas.
No estoy hablando de idiocia, solo aplicable a la sub-especie de políticos que si pueden ser educables.
No estoy hablando de los idiotas disfrazados de políticos, a los que la etnóloga Dolores García supo denominarles "politejos"
El violador ha de ejecutarse. Al polítejo discapaz de detectar al violador, prisión perpetua revisable.
Al yihadista se le detecta, al violador no se le detecta, ¿porqué? Ni los legiasadores, ni lo ejecutores, ni los jueces, ni los ciudadanos saben del comportamiento de aquellas bestias humanas. No saben detectar a la bestia enrobados como humanos no bestias. Estos no saben diferenciar la pata del cordero de la del lobo.
¿ Es que no se puede detectar la pocilga, con sus duernas y estiércol, en la que vivía engochado la bestia asesina, liberada de la porquería tres meses ante de matar a doña Laura Luelmo?
¿Es que no se supo detectar a la bestia que agredió a doña Andrea Sicignano? si no hay signos, es que los políticos responsables son discapaces a los que hay que saber y juzgar con la condena máxima.
Violan y atacan a una estudiante estadounidense en Aluche y la policía detiene a su presunto agresor
“Me golpeó en la cara una y otra vez hasta que no pude pelear más. Ya no podía gritar. Apenas podía ver a través de la sangre en mis ojos. Él me violó", ha escrito Andrea Sicignano, la víctima, en Facebook
Madrid
Una estudiante estadounidense de 27 años que vive en Madrid fue agredida y violada por un hombre hace dos fines de semana junto al intercambiador de autobuses de Aluche cuando regresaba a su casa, según han informado fuentes de la Jefatura Superior de Policía. La joven, Andrea Sicignano, que reside en Madrid desde hace seis meses, relata en su cuenta de Facebook lo que ocurrió esa noche tras ir con un amigo a ver un espectáculo de flamenco. Se separaron para volver cada uno a su casa.
Sicignano explica que se confundió de autobús y fue la última en bajar con un hombre que le ofreció su ayuda. "Estaba perdida a las 4 de la mañana y el transporte público había dejado de funcionar. Necesitaba ayuda y el hombre me aseguró que podría ayudarme a llegar a casa", cuenta. La joven intuyó más tarde que podía estar en peligro y cuando trató de huir "el hombre se volvió violento".
"Grité y luché con todas las fuerzas que pude reunir. Traté desesperadamente de agarrar mi teléfono pero me dijo: 'Tengo tu teléfono, no puedes llamar a nadie'. Me golpeó en la cara una y otra vez hasta que no pude pelear más. Ya no podía gritar. Apenas podía ver a través de la sangre en mis ojos. Él me violó", explica la joven, que temió por su vida. "Estaba segura de que me iba a matar. Cerré mis ojos. Fingí estar muerta con la esperanza de que dejase de pegarme. Recé para que se hubiera ido cuando abriese mis ojos", continúa el relato de Sicignano. Cuando lo hizo, el hombre había huido y ella, cuenta, se sentó y empezó a recoger sus cosas. Descalza, corrió a la calle, gritando ayuda. "Pasaron tres o cuatro coches a mi lado. Finalmente paró uno. Corrí, grité. Un extraño muy amable llamó a una ambulancia y esperó a que esta llegase", explica la chica.
Según fuentes de la Jefatura Superior de Policía, la joven denunció el pasado 9 de diciembre estos hechos. Tres días después, gracias a la investigación de las Unidades de Familia y Mujer (UFAM), pudieron descubrir quién era el presunto agresor, con nueve antecedentes (ninguno por agresión sexual), y le detuvieron en Carabanchel.
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