El pensamiento complejo (y profundo) en tierras mexicanas es posible de rastrear hasta épocas prehispánicas; la filosofía de México y su proyección cercana a disciplinas artísticas, antecede incluso a la constitución formal de este país en un sentido de visión y trasformación del mundo. Códices, textos e inscripciones, marcan notoriamente el inicio de un sistema ideológico que ha heredado desde su gestación a la psique del mexicano, el camino a seguir para sentimientos y perspectivas que se han fundido a la perfección con el avance de los años.
En esta estructura prehispánica que refleja un duro, pero sensible ejercicio del pensar, los tlamatinime, encargados de la enseñanza en el pueblo, son las principales figuras responsables de una sociedad capaz de cuestionar sus alrededores y su existencia, su realidad, en términos abarcantes, aun cuando esta educación fuera en muchos sentidos restrictiva, poniendo a los hijos de las familias acomodadas en primer lugar.
En esa lid, ubicamos a Nezahualcóyotl más cercano a estos sabios encargados de la reflexión y la acción poética que a esa personificación del soberano guerrero que otros gobernantes sí (re)presentaban. La faceta poética de este gran emperador, quien también se desempeñaba como arquitecto y erudito en ciencias, comprende la red de creencias y especulaciones que se desarrollan en la mente de un clásico sabio náhuatl.
Nezahualcóyotl explora el tiempo, el devenir, la naturaleza y lo divino; sus escritos son composiciones en torno al hombre y su universo. Son una especulación pura y dura del andar humano. Su poesía es evidencia de una declaración ante la vida que debe ser vivida, ante la plenitud y la conexión con los dioses; es un trabajo de belleza extraordinaria que sabe manejar todas las posibilidades de la forma y del contenido en una construcción de individualidad y razón.
El legado artístico de Nezahualcóyotl es, al día de hoy, un planteamiento intelectual que todo mexicano, y quizás aquél que no lo sea, debe llevar siempre en su corazón; siguiendo el viejo, pero vigente, precepto del tlamatini "para ayudar a formar un rostro sabio y un corazón firme en el hombre".
Soy rico,
yo, el señor Nezahualcóyotl.
Reúno el collar,
los anchos plumajes de quetzal,
por experiencia conozco los jades,
¡son los príncipes amigos!
Me fijo en sus rostros,
por todas partes águilas y tigres,
por experiencia conozco los jades,
las ajorcas preciosas...
yo, el señor Nezahualcóyotl.
Reúno el collar,
los anchos plumajes de quetzal,
por experiencia conozco los jades,
¡son los príncipes amigos!
Me fijo en sus rostros,
por todas partes águilas y tigres,
por experiencia conozco los jades,
las ajorcas preciosas...
Hoy me hicieron recordar el Auditorium Nazahualcóyotl de la Universidad Autónoma de México. El de la acústica cercana a la perfección, 128. Allí, subí al Cielo a lomos del pájaro emplumado. En algún tiempo manifesté que si me moría al eos, lo fuera en Oaxaca, tras escuchar La mer en Nazahualcóyotl al ponerse el sol el día anterior. Estoy seguro que Tlaloc lo anunciará sobre la pirámide del Sol en Teotihuacan inundando la madre Tierra alcanzando el barranco del Cobre desde Yucatán. Su furia abatirá río Bravo.
Nazahualcóyotl
¿Eres tú verdadero, tienes raíz?
Sólo quien todas las cosas domina,
el dador de la vida.
¿Es esto verdad?
¿Acaso no lo es, como dicen?
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!
Todo lo que es verdadero,
lo que tiene raíz,
dicen que no es verdadero
que no tiene raíz.
El dador de la vida
sólo se muestra arbitrario.
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!
Sólo quien todas las cosas domina,
el dador de la vida.
¿Es esto verdad?
¿Acaso no lo es, como dicen?
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!
Todo lo que es verdadero,
lo que tiene raíz,
dicen que no es verdadero
que no tiene raíz.
El dador de la vida
sólo se muestra arbitrario.
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!
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