Holanda
acusa a Rusia de lanzar un ciberataque contra el Organismo para la Prohibición
de las Armas Químicas
Reino Unido señala al espionaje ruso como
responsable de una campaña masiva de ataques informáticos
Reino
Unido y Holanda han señalado directamente este jueves a Rusia como autor de una campaña masiva de ciberataques a escala global
y de tratar de infiltrarse en el corazón informático de la Organización para la
Prohibición de las Armas Químicas, que tiene su sede en La Haya. El Gobierno
británico considera que, de esta forma, el Kremlin intenta promover la
inestabilidad entre los aliados occidentales y no descarta nuevas sanciones
contra Rusia.
Uno
de los ataques más recientes tuvo como objetivo, en abril pasado, el mencionado
organismo internacional, premiado en 2013 con el
Nobel de la Paz por su labor en ayudar a la destrucción de armas químicas
en la guerra de Siria. En una comparecencia conjunta de la ministra de Defensa
holandesa, Ank Bijleveld-Schouten, y del embajador británico en Holanda, se han
mostrado imágenes de un vehículo aparcado junto a la sede de la organización en
las que se podía ver, en el interior, equipamiento informático que
supuestamente fue utilizado en la operación, que finalmente no tuvo éxito. Como
consecuencia, cuatro diplomáticos rusos han sido expulsados de Holanda.
"El Gobierno holandés considera
extremadamente preocupante la implicación de estos agentes de
inteligencia", ha declarado la ministra en la rueda de prensa. "Habitualmente,
no divulgamos este tipo de operación de contraespionaje", ha añadido.
Holanda ha identificado a los presuntos agentes rusos, y ha precisado que la
operación estaba coordinada por los servicios de inteligencia militar rusos.
Otros ataques, realizados según Londres
por la agencia rusa de espionaje militar (el GRU, por sus siglas en ruso), se
registraron contra organismos, medios de comunicación, bancos y objetivos en
diversos países entre 2015 y 2017. Es la primera vez que el Gobierno británico
señala de forma oficial al espionaje ruso como autor directo de estas
ciberacciones. “Estos ciberataques no responden a un interés legítimo de
seguridad nacional”, argumentó el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt.
"Las acciones del GRU son
temerarias e indiscriminadas. Intentan interferir en elecciones de otros
países. Incluso están preparados para dañar a compañías rusas y ciudadanos
rusos", ha agregado el jefe de la diplomacia del Reino Unido. Sus datos se
basan en una investigación realizada por el Centro Nacional de Ciberseguridad
(NCSC, por sus siglas en inglés).
La OTAN ha apoyado en un comunicado a
los Gobiernos de Holanda y Reino Unido, tras señalar que se trata de "un
intento descarado de socavar la ley y las instituciones internacionales".
Fuentes de la Comisión Europea han condenado el “agresivo” ciberespionaje de
Rusia. En un comunicado, la Embajada rusa en Londres ha asegurado que no hay
pruebas que sostengan estas acusaciones y que se trata de una campaña de
desinformación. “Es una irresponsabilidad”, ha dicho.
Entre otras acciones, el NCSC
tiene un "alto grado de confianza" en que la inteligencia rusa es
responsable del programa malicioso BadRabbit, que bloquea ordenadores y pide
un rescate por revertir el daño. Ese software
afectó en 2017 a la red de metro de Kiev, el aeropuerto de Odesa (Ucrania) y el
Banco Central de Rusia, según el Gobierno británico.
Reino Unido también cree que Rusia está
detrás del ataque el año pasado a la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) que
llevó a la divulgación de historiales médicos de atletas. También acusa a los
espías de Moscú de haber lanzado un ataque contra un canal de televisión
británico, del que no ofrecen más detalles, entre julio y agosto de 2015, en el
que los autores obtuvieron acceso a cuentas de correo y material de la
compañía.
Hackers
rusos también son responsables, según el Foreign Office británico, de un ataque
al Partido Demócrata de Estados Unidos en 2016 que llevó a la divulgación de
diversos documentos de la formación, entre ellos los correos electrónicos de
la candidata Hillary Clinton. Este ataque es considerado el origen de la injerencia
rusa que investiga el fiscal especial Robert Müller y que podría
acabar cercando al actual
presidente, Donald Trump. "Este patrón de comportamiento
demuestra su intención de operar sin preocuparse por legislación internacional
ni las normas establecidas, y de hacerlo con una sensación de impunidad y sin
consecuencias", dijo Hunt.
"Nuestro mensaje está claro: junto
a nuestros aliados, daremos a conocer y responderemos a los intentos del GRU
por minar la estabilidad internacional", añadió el ministro británico de
Exteriores. El pasado septiembre, Reino Unido ya había atribuido a dos agentes
del GRU, identificados como Alexander Petrov y Ruslan Boshirov, el envenenamiento el 4 de
marzo en la ciudad inglesa de Salisbury del ex espía Seguéi Skripal y de su
hija Yulia.
Por otra parte, la Organización para la
Prohibición de las Armas Químicas es un organismo clave para la aplicación de
la Convención sobre Armas Químicas, con el objetivo de destruirlas. El
diplomático español Fernando Arias es su director general desde el año pasado.
En el vehículo interceptado junto a la sede se halló un ordenador portátil
perteneciente a uno de los agentes, que tenía vínculos con Brasil, Suiza y
Malasia. En relación con este último país, el contenido estaba relacionado con
la investigación del vuelo MH17 de la compañía Malaysia Airlines, derribado por
un misil en 2014 en el este de Ucrania.
Según el jefe de los servicios de
inteligencia holandeses, el general Onno Eichelsheim, también presente en la
rueda de prensa, los cuatros espías llegaron al aeropuerto de Amsterdam
Schiphol el 4 de abril con pasaportes diplomáticos rusos. "Intentaban [los
espías rusos] efectuar una operación de ciberataque a distancia corta",
explicó. En el maletero del vehículo había en particular equipos destinados a
interceptar el wifi de la OPAQ así como los códigos de acceso de la
organización. Igualmente se ocultó una antena en la parte trasera del coche.
"Hemos interceptado el vehículo y
expulsado a los cuatro hombres. La operación fue realizada con éxito",
celebró el general Onno Eichelsheim.
La
reacción de la OTAN
El secretario general de la
OTAN, Jens Stoltenberg, llamó este jueves a Rusia a cesar en su comportamiento
“temerario” después de ser informado por Reino Unido y Holanda de una campaña
masiva de ciberataques a escala global y de intentar infiltrarse en la
Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya. Tras una reunión de ministros de
Defensa de la Alianza Transatlántica, Stoltenberg ha reclamado a Moscú que abandone
“el uso de la fuerza contra sus vecinos”, los intentos de interferir en
procesos electorales de otros Estados y las “campañas de desinformación
generalizadas”.
En la agenda de la reunión de los
aliados estaba, entre otros asuntos, la cooperación entre la OTAN y la Unión
Europea en materia de ciberataques. Y ese punto del día ha centrado la atención
de los ministros cuando la embajadora holandesa ha informado sobre los ataques
en las oficinas de la OPCW. Según el informe de la representante de los Países
Bajos, la ciberoperación, llevada a cabo por el servicio de inteligencia
militar ruso, pudo ser contrarrestada por Holanda con la ayuda de Reino Unido.
Según la OTAN, los costes económicos han sido “enormes”.
Stoltenberg ha afirmado que, ante este
ataque, la OTAN seguirá “fortaleciendo su defensa” para enfrentarse a esas
nuevas amenazas. La ministra de Defensa española, Margarita Robes, ha afirmado
al respecto que España está “preparada” para hacer frente a estos desafíos pero
ha llamado a la calma y a evitar el “alarmismo”.
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