VIVIR SOLA NO ES ESTAR SOLA, proclama esta mujer difícilmente encasillable. Ha sido y/o es valenciana, doctora en Derecho, decana, directora de un museo de arte moderno, ministra de Cultura, diputada y presidenta de una comisión del Congreso. Ahora, tras manejar una bibliografía superior a los 300 títulos en playas del Caribe, aeropuertos, despachos y librerías virtuales, ha escrito Solas (Temas de Hoy).
Pregunta.-¿Por qué ha escrito este ensayo?
Respuesta.-Este libro me lo encargaron hace dos años. De entrada, tenía algunas reticencias. Enfrentarse con la soledad era remover el mundo de los sentimientos, de la pareja, del desamor... Pero me fui involucrando. Y también he ido evolucionando. ¿Cómo no iba a hablar de la maternidad, del poder, de la autoestima, de la sexualidad?
P.-¿Por qué solas y no solteras?
R.-Porque, por ejemplo, yo soy divorciada, y no soltera. En el término anglosajón, single, están las que no se han casado, pero también están las divorciadas y las separadas. Tampoco quería utilizar algo negativo, como mujeres "sin" pareja.
P.-¿Solas es un libro sólo para mujeres?
R.-Bueno, espero que también haya hombres que lo lean, y que les resulte sugerente. El libro no va en contra de nada ni de nadie. Ni de los hombres ni de la pareja ni del matrimonio; de hecho, he estado casada y he tenido algunas parejas felices. Voy a favor de la dignidad, la independencia y la autonomía de las mujeres, pero sin radicalismos ni dogmatismos.
P.-¿Es feminista?
R.-Sí. Pero no voy a piñón fijo en contra de los hombres. El feminismo no consiste en machacar a los hombres. Trato de reivindicar nuestros derechos, nuestra dignidad y nuestro lugar en el mundo.
P.-¿El libro es apto para gente de derechas?
R.-Sí, lo puede leer todo el mundo. La soledad nos acompaña a todos. Además, como a cualquier autor, me gustaría que lo leyera mucha gente.
P.-¿Se puede tildar de libro de autoayuda?
R.-No, aunque no los menosprecio. Empieza con una reflexión sobre la soledad en sus distintas vertientes, después hay una reflexión histórica, sobre mujeres solas, fundamentalmente del XIX, y luego hay sociología, vivencias generacionales...
P.-...Y también personales. Al principio del libro, se define como "mujer orgullosamente sola".
R.-Ya, tenía que haber quitado lo de orgullosamente, pero como hay un cierto patetismo al hablar de mujeres solas, me parecía importante resaltar que no pasa nada, que vivir sola supone un esfuerzo pero también tiene sus gratificaciones.
P.-Dice ademas que se siente "venturosa y cálidamente acompañada". ¿Estas palabras no tentarán a los paparazzis?
R.-(Se ríe). Tengo magníficas amigas y muy buenos amigos, con los cuales comparto mi intimidad. Y no tengo nada que ocultar.
P.-De ministra le preguntaban: "¿Cómo va usted sola por ahí?". ¿Siguen?
R.-Sí, mucho. En sociedad, un hombre solo no despierta sospechas ni inquietudes. Aunque ahora los taxistas también me lo preguntan porque les extraña que vaya sin escolta. Es que los ex ministros, afortunadamente para los contribuyentes y para nosotros mismos, salvo casos muy especiales vamos sin escolta.
P.-¿Qué críticas espera?
R.-Bueno, el otro día me decía una amiga experta en marketing: "¿Sabes lo que es el 20-60-20? Pues que hay un 20% de incondicionales, un 60% que opinará dependiendo del libro y otro 20% que, te pongas como te pongas, van a ir a degüello". Pues eso existe. Es difícil complacer a todo el mundo.
CUANDO ERA MINISTRA... "Algunas veces me sentí herida, injustamente tratada; otras fuerte y capaz (...); y en todo momento comprobé la inquietud que generaba mi soledad desenvuelta y asumida. (...) Más de una vez, estando en el Gobierno, he recibido una invitación en la que aparecía `...y esposo', y en muchas ocasiones han preguntado a mi secretario, con cierta extrañeza: `¿La ministra va a ir sola?'. Incluso se ofrecían acompañantes espontáneos que no podían comprender que fuera al teatro sola. (...) En una ocasión una conocida me preguntó cómo era capaz de subir las escaleras del Palacio Real sola para acudir a una recepción o cena oficial. Creo que la primera vez sufrí cierto nerviosismo; luego me resultó normal".
¿TRAER UN HIJO A ESTE MUNDO? "Recuerdo que cuando estaba casada me lo preguntaban periódicamente y yo, bromeando, decía que no servía o que no tenía tiempo. (...) Temía sufrir con el sufrimiento de mis posibles hijos o hijas. No sé todavía qué hubiera pasado si alguna de mis parejas hubiera manifestado un deseo claro al respecto. A veces me he sentido, o me han hecho sentir, egoísta; a veces sanamente envidiada; y creo que raramente compadecida".
SOLA. "Creo necesario aclarar que quien esto escribe, mujer orgullosamente sola, se siente, en cambio, venturosa y cálidamente acompañada, y ni por asomo se considera una persona solitaria".
(Fragmentos extraídos del libro "Solas", de Carmen Alborch)
Por Leandro Pérez Miguel. Fotografías de Carlos Miralles
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