sábado, 16 de febrero de 2019

Yo, mina explotada, de la que queda basura no útil, no apreciablle

Se escribe en un noticiero que se pretende pretende extraer mineral cobalto de la montaña Aramo.

Cuando un Pueblo no es educado en su pasado, en su memoria, está condenado a que las aves carroñeras le arranquen  su hígado, que lo regeneren en la noche oscura de su vivir miserable y que, por su falta de educación, de memoria, de historia, en el día brumoso de su vivir vergonzoso y, por su falta de educación, de memoria, de memoria, las aves carroñeras le vuelvan  arrancar su hígado, impotente, llora su triste destino de pueblo sin memoria.

Peométenle las aves carroñeras que cuando ya no le puedan arrancar sus entrañas, le rehabilitaran su cuerpo yermo. Y, el pueblo mísero, no el Pueblo fanfarrón sin memoria, como cigarra, hinca sus rodillas ante las promesas de las aves carroñeras y no aprecia que es engañado, una vez más.

 El término "rehabilitación" es un eufemismo tras el cual está la mentira del Estado rapaz. La rehabilitación no es posible, según el conocimiento de la Termodinámica.

No hay que confundir rehabilitación con reinsercción.

Cuando a un objeto,  y el individuo humano es un objeto, se le  extrae materia, o energía, se hace dejando materia y energía no útil, residuos, basura no útil, no rehabilitable y, por ello, se le aparta de aquellos objetos útiles para serles extraídos la  materia y energía para ser pasto de las aves carroñeras.

Yo, reconocible por las aves carroñeras como individuo, soy ejemplo del objeto explotado, al que se le extrajo todo el material y energía útil, y del cual hoy es la basura residual, no regenerable su hígado como Prometeo.

Ya ni las gaviotas acuden para aprovecharse.






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