Antonio nunca debió haber comprometido a su esposa si no le devolvía la cantidad prestada.
EL MERCADER DE VENECIA
MÓNICA GUARDADO
ROSA MARÍA VICIEN
Antonio, un rico mercader veneciano, ha invertido todo su dinero
en una flota de barcos que efectúa viajes de comercio por diversas
partes del mundo. Un íntimo amigo suyo, Bassanio, le pide prestados
tres mil ducados para presentarse ante su amada Porcia en calidad de
acaudalado pretendiente. El momento es indudablemente crítico para
Antonio, quien no dispone de dinero en efectivo. Como desea ayudar a
su amigo, le pide prestados los tres mil ducados a Shylock, un prestamista judío. Al principio, Shylock finge no querer efectuar el préstamo. Reprocha a Antonio por el desprecio y la descortesía con que lo
ha tratado anteriormente, pero luego consiente “a manera de broma”
con la condición de que Antonio firme un contrato en el cual acceda a
perder una libra de carne si el dinero no es repuesto dentro de los tres
meses. Shylock considera razonables dichos términos, y Antonio, creyéndose afortunado por no tener que pagar un alto interés, accede. En
realidad la esperanza del prestamista es que Antonio no pueda pagar.
Piensa que al obtener la libra de carne y matar a Antonio podrá vengar
a su raza, repudiada y perseguida en ese momento en Venecia.
Una vez obtenido e] dinero, Bassanio comienza los preparattvos
matrimoniales. Contrata como sirviente a Launcelot Cobbo .V Parte
para Belmont acompañado por su amigo Graciano, quien a su vez ha
ayudado a Lorenzo, amigo común, a fugarse con Jessica, la hija de
Shylock. Mientras tanto, en Belmont, una serie de distinguidos príncipes prueban su suerte para obtener la mano de Porcia, rica heredera
de quien Bassanio está enamorado y cuya mano pretende- Según esmblece el testamento de su padre, deberá casarse con qmen saque un Tetrato suyo del interior de tres cofres de oro, plata y plomo. Por supuesto, es Bassanio quien efectúa la elección correcta. Como Porcia no
es indiferente a su amor, se comprometen .V ella le regala un ¿"lino
del cual el joven promete no separarse nunca. También Nerissa —criada de Porcia- y Graciano se enamoran y comprometen formulando
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votos de amor eterno.- Nerissa, al igual que Porcia, regala un anillo
a su prometido.
Es precisamente en este momento que llegan Lorenzo y Jessica
con una carta de Antonio para Bassanio. Shylock está enfurecido. Su
hija se ha fugado con un cristiano y además se ha llevado una enorme
suma de dinero y una valiosa joya. Esto hace que el prestamista se encapriche aún más en contra de Antonio, creyéndolo implicado en la
huida de Jessica. Le ha llegado la oportunidad de vengarse. En la
carta, Antonio informa a Bassanio que sus barcos se han perdido y
que se acerca la hora del pago de la deuda. Presintiendo que su vida
peligra, desea verlo antes de su muerte. Bassanio se turba ante tales
noticias, pero Porcia, al enterarse, le aconseja volver a Venecia con el
dinero que ella misma le proporcionará para pagarle al judío. Bassanio
sigue los consejos de su esposa. En Venecia, trata de inducir a Shylock
a que acepte el dinero pero todo resulta en vano. Ha pasado el día del
plazo y Shylock no acepta otro pago que no sea el_ estipulado en el
contrato. Sólo quiere la libra de carne. Esa es la palabra de la ley y
deberá cumplirse. El caso llega a la corte. Allí se le ofrece al prestamista su dinero, duplicado si fuera preciso. Este rehúsa aceptarlo y
declara que si los términos del contrato no se cumplen, la imparcialidad de que se jactan las leyes de Venecia es inexistente. El Dux está
por dejar el caso en suspenso hasta que llegue un conocido abogado,
de nombre Belario. En ese momento entra un joven con una carta en
la que explica Belario que no podrá asistir a la Corte por encontrarse
enfermo. En su lugar envía un sustituto.
Este sustituto no es otro que Porcia disfrazada de hombre. Al
partir su marido hacia Venecia, ella se había dirigido a Padua para
ver a Belario. Allí logró perSuadirlo de que la dejara tomar su lugar
en la Corte. Belario la informa de los principios jurídicos que habrá
¿le poner en juego para defender el caso. Obtenida la autorización,
Porcia se lanza a la aventura; debe salvarle la vida al amigo de su
marido. Ya en la Corte, asegura a Shylock que la ley. está de su lado
pero que dadas las circunstancias del caso deberá ser clemente. Shylock
pregunta porqué y ella entonces da una precisa y sutil definición de
la clemencia demostrando cómo es correcto y humano, el ser clemente
y caritativa. Shylock se muestra indiferente a las palabras de Por'c'ia
e insiste en el pago de la deuda que ya se ha triplicado. En consecuencia, Porcia hace saber a Antonio, que Shylock deberá tener su
libra de carne. Estas palabras fascinan al prestamista que se dirige a
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ella llamándola “un Daniel, joven y sabio juez... Reverendísimo
doctor”. Luego se aproxima, cuchillo en mano, para rebanar la libra
de carne que le pertenece. En ese momento, Porcia. le ordena detenerse
para examinar el pagaré. Si el judío derrama una sola gota de sangre
cristiana, todos sus bienes serán confiscados por el Estado.
Desesperado, Shylock trata de aceptar una oferta de la deuda
triplicada pero Porcia no permitirá que esto suceda. Si él corta más o
menos de una libra exacta de carne, perderá todos sus bienes. La mitad
irá. al damnificado, la otra. mitad al Estado y su vida misma quedará
a merced del Dux. Shylock está acorralado.
Para mostrar la antítesis entre la actitud del prestamista y la de
Porcia con respecto a la clemencia, el Dux perdona la vida a Shylock
y por su parte, Antonio pide que le dejen al prestamista la posesión.
de la mitad de sus propiedades. La otra mitad corresponderá a Jessica,
pero Antonio quedará como apoderado de esos bienes hasta la muerte
de Shylock, quien deberá convertirse al cristianismo y otorgar testamento a favor de su hija y de su yerno. A1 no tener escapatoria,
Shylock acepta y se retira del tribunal pretextando una leve indisposición.
Antonio y Bassanio ofrecen dinero a'PBrcia como pago por sus
servicios. Por- supuesto ella rehúsa aceptar dinero de quien es su marido. Sin embargo para hacer el final más entretenido, Porcia y Nerissa, luego de insistir largamente, obtienen los anillos que habían regalado a sus esposos en ocasión de sus bodas y de los que ellos habían
prometido no separarse. Cuando regresan a Belmont fingen celos y
disgusto al ver que sus maridos no tienen los anillos pero se aclara la
situación y termina la obra.
A continuación de esta síntesis del argumento pasamos a hacer e]
análisis jurídico de la obra.
Venecia es el escenario de la ley, Belmont el del amor. Venecia es
una comunidad con sólidos basamentos, interesada por sobre todo en
preservar su estabilidad. Es un mundo cerrado, conservador, cuyo poder o decadencia dependen de la severidad en el cumplimiento de
las leyes. Este valor de la ley se trasunta en las Palabras de Antonio.
El Dux no puede impedir que la ley siga su curso,
a
causa de las garantías comerciales que los extranjeros
encuentran cerca de nosotros en Venecia; suspender la
ley sería atentar contra la justicia del Estado, puesto
que el comercio y la riqueza de la ciudad dependen de
todas las naciones”. (Acto m, escena m).
La obra llega a su clímax en la escena ante el tribunal donde todo
se vuelve fantástico: las leyes expuestas, el procedimiento seguido, la
conducta de las partes. El estado de ánimo de los espectadores se ha
ido preparando hábilmente para que éstos la reciban con sorpresa y
deslumbramiento. El caso en disputa ha sido discutido minuciosamente por destacados juristas como importante contribución al derecho
consuetudinario de las naciones. Se lo considera un auténtico documento de los archivos judiciales del Estado de Venecia y se ha convertido en un texto muy importante para la ciencia del derecho.
El eje de la obra gira en torno al problema de la interpretación
de. un contrato. Textualmente dice Shylock:
“Venid conmigo a casa de un notario, me firmareis allí
simplemente vuestro pagaré, y a manera de broma será
estipulado que si no pagáis tal día, en tal lugar, la suma
o las sumas convenidas, la penalidad consistirá en una
libra exacta de vuestra hermosa carne, que podrá ser escogida y cortada de no importa qué parte de vuestro
cuerpo, que me plazca”. (Acto I, escena III).
Vemos aquí cómo Shakespeare precisa los términos del contrato,
la declaración y el consentimiento de las partes, la constancia ante
escribano, la firma, fecha y lugar del vencimiento del plazo y la penalidad derivada del incumplimiento del mismo. Se observa que es plausible que Antonio haya pedido una cantidad en préstamo para un amigo pero nunca debió comprometerse a garantizarla con una libra de su
propia carne. O sea que los términos del contrato van en contra de lo
que dispone el ordenamiento acerca de que nadie tiene derecho a atentar contra su propia vida, aún cuando lo haga con el loable propósito
de ayudar a un amigo. Al firmar el contrato, Antonio debió haber previsto el hecho fortuito de la pérdida
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