Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas! .. .
Vive, esperanza:
¡quién sabe
lo que se traga la tierra!
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