El ocho de setiembre de 1968, me dicen que vaya al hospital de La Caridad de Avilés. Le digo a mi padre que me acompañe. Durante el viaje hablamos de Paloma y sus padres adoptivos“, de Augusto y de quien sería Martín.
Acudo y es cuando me informan del nacimiento de Augusto y de quien sería mi morgen.
Me arregla el viaje a México DF, llegando al anochecer de allá del día que cumplía años mi madre. María y sus padres acudieron a recibirme desde Hidalgo.
El día primero de octubre nos dejaron en la residencia de la UNAM, tras presentarme a la profesora Yankelevich con la que cenamos e insistió en nuestra seguridad. Ese día concebimos a María, nos despedimos. El día dos, tras el día horrible que vivimos, decidimos gestar a María y, sin haberlo pensado, a Federico.
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