A mis abuelas, madres, hermanas, tías y primas. A todas las mujeres que sufren en silencio los maltratos, asesinatos por sus maridos y el uso de su sufrimiento por parte de los bestias, zoquetes, idiotas que, con su actitud genética, prenden asaltar el botín que, para ellos representa el Estado del Reino de España de 1978.
Como alimañas que son, estas bestias discapacitados para la cohabitación y la palabra, terminarán, sin vestido alguno, por su condición encerrados en una pradera estéril, insalobre y sin viento para evitar se escape de sus fauces babosas, el hedor de su aliento comedor de cuerpo, plantas y algas putrefactas.
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