Biografía de Isabel la Católica
Isabel la Católica, junto con su esposo Fernando el Católico, sentó las bases de la España moderna al unificar los reinos del país y expandir sus dominios más allá de sus fronteras.
Isabel la Católica, junto con su marido Fernando el Católico, sembró las bases de la España moderna logrando unificar los reinos del país y expandiendo sus dominios más allá de sus fronteras.
Isabel nació el 22 de abril de 1451 en Madrigal de las Altas Torres, Ávila. Era la tercera hija del rey Juan II de Castilla y su esposa Isabel de Portugal. Pasó su infancia en Arévalo, donde su madre comenzó a dar muestras de locura. Allí aprendería a leer y escribir. Estuvo allí hasta 1464 cuando su hermano, el rey Enrique IV, le ofrece ir a la corte, obsequiándola con rentas, mercedes y una villa en Casarrubios del Monte.
En la corte se respiraba enfrentamiento entre los distintos nobles, ya que había discusiones entre los que querían una monarquía fuerte y los que preferían un rey manejable. En este ambiente se produjo la conocida Farsa de Ávila, en la que los nobles deponen a Enrique IV y nombran rey a Alfonso de Castilla, ya que según afirman, la hija de Enrique, Juana, es en realidad hija de Beltrán de la Cueva, valido del rey.
Alfonso muere en 1468. La acción inmediata es que los partidarios de Alfonso elijan a Isabel como candidata al trono. Se firma el Pacto de los Toros de Guisando en 1468 en el que Enrique reconoce a Isabel como princesa de Asturias. Ante esta responsabilidad, Isabel debía escoger un marido adecuado. Había varios pretendientes, como Alfonso V de Portugal, Pedro Girón y Fernando de Aragón. Finalmente, escogió a Fernando, con quien contraería matrimonio el 19 de octubre de 1469 en Valladolid después de conseguir una dispensa papal, ya que eran primos.
Este matrimonio provocará un enfrentamiento entre Isabel y Enrique. Este último declara ilegal el nombramiento de Isabel como princesa de Asturias, otorgándole el honor a su hija Juana en 1470. Isabel no obtiene apoyos en un principio, por lo que se retira a Medina de Rioseco. Sin embargo, poco a poco irán apareciendo aliados como el País Vasco, Borgoña, Roma y la familia Mendoza. Viendo el poder que va adquiriendo, Enrique acepta negociar pero fallecerá en la noche del 11 al 12 de noviembre de 1474 sin haber escrito testamento alguno. Isabel se autoproclama reina de Castilla el 13 de diciembre en Segovia.
En enero de 1475 Isabel y Fernando firman la Concordia de Segovia, donde se hace la repartición de las competencias de cada uno. Juntos forman una unidad inseparable, lo que provoca el estallido de una guerra civil que terminaría en 1479. Durante la guerra, Portugal y Francia darán su apoyo a Juana, mientras que Isabel sólo conseguía el apoyo de Aragón. La guerra tiene fin con los Tratados de Alcaçovas en septiembre de 1479 con Isabel siendo nombrada reina. Además, ese año muere Juan II, por lo que Fernando se convierte en el rey de Aragón.
Para la unión dinástica, comenzaron a tomar varias medidas, como la constitución de la Santa Hermandad; la reorganización del Consejo Real; se amplía la competencia de los corregidores; se regula la Hacienda Real; se revisan las mercedes otorgadas por Enrique IV; se incorporan los maestrazgos de las órdenes militares a la Corona nombrando Gran Maestre a Fernando; se establecen Chancillerías en Granada y Valladolid; se constituye un ejército permanente formado por las Guardias Reales, las milicias urbanas y la Santa Hermandad.
En el plano religioso se toma la drástica medida de expulsar a los judíos de la península en 1492; se reforman las órdenes religiosas a manos del cardenal Cisneros; y se crea la Santa Inquisición.
El año 1492 fue muy importante, ya que tienen lugar hechos destacados que marcarían el futuro del país. En asuntos de política exterior los reyes habían puesto en marcha la reconquista de los territorios bajo dominio islámico. Comenzó en 1482 y terminó en 1492 con la reconquista del reino de Granada. Boabdil el Chico le entregó las llaves de la ciudad el 2 de enero de 1492. Gracias a esto, el papa Alejandro VI les otorga el título de Reyes Católicos en 1494.
Otro hecho destacado fue el descubrimiento de América. Cristóbal Colón descubrió América el 12 de octubre de 1492 gracias a la confianza que había depositado Isabel en su misión. Esto hacía que los terrenos españoles se viesen ampliados en gran medida, ya que la corona de Aragón estaba expandiéndose por el Mediterráneo. Además, gracias a las bulas Inter Caetera del papa, éste les concedía la soberanía sobre todas las tierras descubiertas.
Además, en política exterior trataron de expandir sus dominios y aislar a Francia gracias al matrimonio de sus hijos con personalidades y herederos europeos. Así, su hija Isabel se casaría con el príncipe portugués Alfonso, pero al morir éste se casó con su heredero, don Manuel el Afortunado; Juan se casaría con Margarita de Austria, hija del emperador Maximiliano I; Juana contraería matrimonio con Felipe de Austria, conocido como Felipe el Hermoso; María se casaría con Manuel de Portugal; y finalmente Catalina sería la primera esposa del rey Enrique VIII de Inglaterra.
En 1497 falleció el príncipe Juan, lo que hizo que Isabel cayese en una profunda depresión. Además existía el problema sucesorio, ya que su hija Isabel falleció en 1498 y su hijo en 1500, que sería el heredero de Portugal, Castilla y Aragón. Por ello, redacta en su testamento que la sucesora sería su hija Juana. Isabel fallece el 26 de noviembre de 1504 en Medina del Campo. Fue enterrada en la Capilla Real de la catedral de Granada, donde más tarde reposarían junto a ella los restos de su amado esposo Fernando.
Imágenes: Domino Público
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