lunes, 28 de octubre de 2019

La bergoña de la violencia

Cuando el Presidente del Gobierno visita los policías lesionados en las calles de Barcelona durante las revueltas ciudadanas referidas "contra la sentencia realizada por el Tribunal Constitucional" tras haber cometido un delito de sedición y malversación de cuentas del Govern.

Los individuos cometieron un delito tipificado en el Código Penal que, supieran o no, tenían y tienen que saber; aquellos que sean personas tienen que conocer.

Todos los ciudadanos tienen que acatar la resolución condenatoria del Tribunal Supremo.

La manifestación con fuerza en la calle no es factor que pueda contravenir la resolución. Tampoco es la manifestación, violenta o no, un poder legislativo. El Poder Legislativo solo lo es el Congreso de los Diputados.

Iniciaba este escrito con la visita del Presidente del Gobierno a los policías lesionados en las manifestaciones violentas del Govern.

He leído que avergonzaba ver y oír a los sanitarios contra tal visita.

Tampoco lo hicieron por no ser visitados por el president del Govern.

No me avergoncé porque no tengo vergüenza. Tampoco me avergoncé cuando conseguimos llevar al Doctor Josep Trueta para que diera continuidad su magisterio iniciado en la República de Catalonia.

Gracias a la comprensión del ministro Villar Palasí y de nuestro compromiso de no ejercer violencia, la UAB tuvo continuación a pesar de la violencia promovida por los ciudadanos catalanes.

Aquellos, como estos, quisieron hacerse con el éxito de la venida del profesor Trueta, llegado vía Madrid.

El lenguaje es el instrumento de las personas. La lesión física es el lenguaje primordio de los individuos, seres humanos protopersonales.

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