miércoles, 10 de febrero de 2016

La dignidad de la Infanta.

Ser iguales ante la Ley.

Cristina de Borbón, por ser Infanta, se le "despelleja". Su condición NOBLE no le obliga sino que se manifiesta; ni atisbo de plebeya como quienes desean mofarse de su condición, de la que viene y no se le nombra.
La nombrada alcalde de Valencia es protegida por aquellos que le mendigan no manifieste ser perceptores de lo robado, aunque ella les cobre con usura su silencio de clamor del clan mafioso, muerto de hambre desde su primera generación, aquella que se destripó en la playa Evolución, al que pertenece. Todos ellos llegaron a la península sin hoja de parra y perseguidos por aquellos a los que robaron. Tan hambrientos que siguen atiborrando tan colgantes cuellos.


Doña Cristina, estamos, nuestro gen, a su lado incondicional y alerta.

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