El alba es el momento crítico en un espacio no casual, en el cual el Mal entra por el balcón sorprendiendo al enajenado Amor en el lecho donde yace la Muerte despiadada que no responde a quien le prometió ingenuamente servir, ya en el cálido azul florido, ya en en el frío ocre, en compañía del verde prometedor de sus hijas que saltando sobre puntillas dejarán acariciar sus oídos en el apacible transitar a la memoria de quienes deseamos escuchar.
No han salido de mis pies reproche alguno. Tampoco la sombra de luna alguna has podido sentir cercana al lecho con el que quiste no compartir el amor por mi penado y agraciado.
Ya las Willis han desaparecido de mi circular horizonte envejecido en las noches frías y oscuras del bosque en el que apenas tengo recuerdo de claro alguno en el que descansar de tu recuerdo abrazo deseado y nunca esperado.
Deseo ser quien se despida de ti para siempre acompañado de tu sombra cargada de mentira y deslealtad.
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