lunes, 18 de marzo de 2019

Los gigantes tecnológicos buscan enmudecer a los antivacunas



Los gigantes tecnológicos buscan enmudecer a los antivacunas

Facebook, Youtube y Amazon son algunas de las plataformas que responden a la presión de los expertos. Los doctores las acusan de compartir contenido que incita a no vacunar a los menores

Una protesta de los antivacunas en Washington, en febrero.
Una protesta de los antivacunas en Washington, en febrero. REUTERS
La explosión de casos de sarampión en los dos primeros meses del año preocupa a Estados Unidos. La infección —supuestamente erradicada hace dos décadas en la primera potencia mundial— se ha propagado al ritmo que han disminuido los vacunados. Los expertos culpan en parte a las redes sociales por servir de plataforma para los antivacunas. Sucumbidas ante la presión, empresas como Facebook, YouTube, Amazon, Instagram y Pinterest han restringido o bloqueado a los grupos que fomentan una infancia libre de vacunas. Pero los doctores piden más. La Asociación Americana de Médicos envió el pasado miércoles una carta a los principales ejecutivos de las gigantes tecnológicas para que redoblen sus esfuerzos.
Facebook tomó medidas al respecto después del mediático caso de Ethan Lindenberger. El joven de Ohio declaró la semana pasada ante el Congreso de EE UU sobre su experiencia de crecer en una familia antivacuna. El estudiante de secundaria explicó que su madre se informa sobre el tema a través de la mayor red social del mundo. Movido por la curiosidad, el chico acudió al Centro para el Control de Enfermedades (CDC), autoridad sanitaria en EE UU, así como a organizaciones de salud pública y revistas científicas. Cuando le intentaba mostrar a su madre que los expertos rechazan la idea de que las vacunas provocan autismo, ella le arrojaba un “eso es lo que quieren que pienses”. Lindenberger se vacunó por primera vez hace unos meses, a los 18 años. Ahora se ha convertido en un activista en favor de la inmunización.
La empresa de Mark Zuckerberg anunció una reducción en la visibilidad de los grupos y páginas antivacunas. Las medidas, que se aplicarán también en Instagram, proponen borrar los contenidos relacionados a este movimiento, así como dejar de darle tribuna en la zona de recomendaciones. En cuanto a los anuncios sobre el tema, un equipo de expertos internacionales analizará si la información ofrecida es científicamente comprobada, y en caso de no serlo, rechazarán el negocio. YouTube fue más drástico y bloqueó todas las publicidades antivacunas que habían pagado por un espacio en la plataforma. El argumento fue que ese tipo de contenido entra en conflicto con su política que prohíbe la monetización de vídeos que contienen material "peligroso y dañino".
El congresista demócrata Adam Schiff envió una carta hace un par de semanas a Jeff Bezos, fundador de Amazon, en la que afirmaba la existencia de “pruebas sólidas” que apuntaban a que plataformas como la suya fomentaban la tendencia al alza de la desinformación sobre las vacunas. “Me preocupa que recomienden productos y contenidos que desaniman a los padres a vacunar a sus hijos", rezaba la misiva. Finalmente, la plataforma eliminó cinco documentales de su catálogo de Prime Video que exponían la corriente de pensamiento de los antivacunas. Antes de las cartas y las comparecencias en el Congreso, Pinterest decidió bloquear todo el contenido relacionado con vacunas, ya fuera a favor o en contra.

La mayor asociación de doctores de EE UU (AMA, por sus siglas en inglés) decidió apuntar a lo más alto del reino de Internet para castigar a los antivacunas. Los profesionales de la salud le solicitaron a las cabezas detrás de Amazon, Facebook, Google, Pinterest, Twitter y YouTube que prohíban los anuncios o contenidos erróneos sobre el tema. La misiva mostraba su preocupación por los recientes informes que sostienen que los antivacunas pagan en las redes sociales para dirigirse a los padres. "Con las redes sociales como una importante fuente de información para el pueblo estadounidense, le pedimos que haga su parte para garantizar que los usuarios tengan acceso a información científicamente válida sobre las vacunas”, firmaba el doctor James Madara, CEO de AMA.
Nueva York, uno de los 12 Estados con casos de sarampión, vive el peor brote en su historia reciente. Desde el 1 de enero hasta el 7 de marzo la cifra de contagiados en EE UU sumaba 228, lo que supone más de la mitad que todos los casos registrados en 2018. Si bien los expertos atribuyen el alza tanto al aumento en el rechazo a las vacunas como a la importación del virus desde otros países, los esfuerzos para atajar el fenómeno se están concentrando en el primer factor. La OMS alertó que una de las amenazas de este año para la salud mundial es la gente que rechaza las vacunas. El escenario se agrava mientras una veintena de Estados de EE UU ya han presentado proyectos de ley para ampliar las razones por las que los padres pueden eximir a los niños de recibir vacunas y a su vez exigir a los médicos a que entreguen más información sobre los riesgos de las vacunas.
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