miércoles, 13 de marzo de 2019

Si preocupa la salud, leer este escrito

Aplíquese este concepto de calidad en la salud a los individuos humanos.

La productividad de lo animales humanos, al igual que sucede con la productividad del animal vacuno de leche, mejora con su bienestar.

Que a los animales humanos se les apoye en sellos como el de bienestar animal humano, el de trabajo animal humano, el de trabajo humano ecológico o el de pastoreo para promocionar sus productos. A continuación hacemos un repaso por los principales distintivos de calidad de la mano de algunas compañías de animales humanos de referencia del país.

Nota.- Propongo que el Estado nos dote a las bestias humanas de una certificación Aenor, marcado a fuego en la cara externa del brazo derecho, como se hace con las vacunas. Aenor al nacer junto con la capacidad lechera de la madre del jabato y al lado del semental.



Vaca pinta
Revista técnica del vacuno lechero
número. 8, febrero 2019. Edición en castellano. Pág. 56

Certificar la calidad, una tendencia al alza.

En los últimos años es habitual ver como compañías de todos los sectores en general y del lácteo en particular, se apoyan en sellos como el de bienestar animal, el de leche ecológica o el de pastoreo para promocionar sus productos. A continuación hacemos un repaso por los principales distintivos de calidad de la mano de algunas de las compañías lácteas de referencia del país.

La integración en las granjas de sistemas de gestión de calidad era hasta hace menos de una década algo prácticamente anecdótico, peo hoy en día se ha convertido  casi obligatorio si se quiere cumplir con las exigencias de bienestar animal que están demandando la industria y los consumidores. “Representa una forma de gestionar la granja de manera que se demuestre que se realizan correctamente los procesos o prácticas necesarias en la producción de leche”, dice el responsable de compras de la planta de leche condensada de Nestlé en Galicia, Edis Estévez.

“Está claro que hay una tendencia al alza de nuestros jefes, los consumidores, hacia unas producciones basadas en el bienestar animal. Es algo que se está demandando tanto en España como fuera del país”, añade Roberto Nobles, responsable de Servicios Ganaderos de Lactiber, quien además explica que adaptarse a esta nueva dinámica no solo ayuda a satisfacer las necesidades de los clientes, sino también a mejorar la productividad de las explotaciones con las que trabajan: “Estamos convencidos que las granjas con mayor bienestar, en las que las vacas son más felices, también son las que tienen mayor productividad”.

“Esta es una forma de dar visibilidad a esa labor de muchos años y de muchas personas. Pone en valor el buen trabajo que realizan los ganaderos y demuestra que altas producciones y altas calidades de leches no son incompatibles con un buen bienestar animal, ni con la rentabilidad del negocio del ganadero”, cuenta Félix  Díez, responsable de Bienestar Animal de Calidad Pascual.

Welfare quality:  el patrón a seguir.

Por estos motivos, y tomando siempre como referencia la legislación vigente aplicable que se debe cumplir de manera obligatoria (la Norma Europea 853/2004 relativa a las normativas específicas de higiene de los alimentos de origen animal), las industrias  tienden cada vez más a la apuesta por certificaciones que les otorguen un extra en lo tocante a garantizar que los animales con los que trabajan disfrutan  de bienestar.

En general, los criterios para asegurar las buenas condiciones del rebaño toman como base el protocolo europeo Welfare Quality, el cual  fue desarrollado por personal y organizaciones  de todo el continente, entre las que se encuentra el Instituto de Investigación  y Tecnología Agroalimentarias  (IRTA) con sede en Cataluña. Este documento atiende a cuatro factores principales: la alimentación, el alojamiento el estado sanitario y el comportamiento. Dentro de estos parámetros se identifican  doce medidas complementarias entre sí que, tal y como explican desde la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor), en conjunto, y atendiendo a la correlación entre ellas, permiten ver el grado de bienestar real.

Dichos criterios son la ausencia de hambre y sed prolongadas, el confort (térmico y en relación con el descanso) y la facilidad de movimiento, la ausencia de lesiones, enfermedades y dolor causado por el manejo; la expresión de un comportamiento social y de otras conductas idóneas y una relación humano-animal y un estado emocional positivos.
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