Dado que hace unos días anotaba en el blog una teoría acerca del tesoro visigodo de Gudamur, yo tengo la que sigue.
Los reyes visigodos dejaban como exvotos aquellos regalos en oro que habían recibido durante su reinado. A partir de un reinado se legisló separar el tesoro familiar de aquel del reino. Tras hacer depósito se ponía un candado.
La legislación realizada por cada rey se custodiaba como el más importante tesoro del reino. Así, el Liber Judiciorum -libró de los jueces-, establece, por primera vez que los jueces juzgarán a todos los hombres con el mismo código.
Probablemente, Don Rodrigo ordenó depositar el tesoro en las Iglesias de Guamar antes de dejar Toledo al encuentro de los infieles, para evitar que se hicieran con él si salía derrotado, como así sucedió en Guadalete.
Tras su muerte, su conde palacio don Pelayo, regresa a Toledo para salvar el tesoro mejor guardado, el Liber Judiciorum. Hecho que hace yéndose a sus tierras de Asturias siendo perseguido por Muza y su general Munuza. Pelayo, encomienda custodiar el tesoro, a la Virgen de la Asunción, o de La Luz, en Lucus Asturum.
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