EL CAFÉ DE MAMERTO
jueves, 3 de enero de 2019
Rebeca, perdón
Rebeca, te pido perdón por no haber sabido escucharte. Sinceramente, Rebeca, perdona mi pusilanimidad. Perdona por no tener la valentía de abandonar esta población de bestias, ciegas y sordas, a la que pertenezco.
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