«Las dificultades de los" chalecos amarillos "son la consecuencia de cincuenta años de política de planificación urbana»

Contra el arresto domiciliario denunciado por el movimiento, es urgente implementar una política que permita a todos disfrutar plenamente del "derecho a la ciudad", dice el urbanista Stéphane Lecler en un foro en el "Mundo".
Le Monde, Por Stéphane Lecler  Publicado el 2 de enero de 2019 a las 06:30 - Actualizado el 2 de enero de 2019 a las 06:30
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En el movimiento de "chalecos amarillos", una razón esencial ha sido insuficientemente señalada, que subyace a la mayoría de los otros. Las dificultades de los "chalecos amarillos" son, en gran medida, conse- cuencia de la política de planificación im- plementada en nues-tro país durante cin-cuenta años. Para abreviar, consistió en vaciar pueblos, ciuda- des y pueblos peque-ños y medianos de gran parte de sus habitantes y activi-dades en favor de periferias sin alma y sin vida. Esta política, a la que pocos territorios se han escapado, gira en torno al tríptico: la expansión urbana de viviendas, centros comerciales y auto-móviles privados.
El académico Gabriel Dupuy [Profesor emérito de planifica- ción espacial de la Universidad de París -I-Panthéon-Sorbonne] ha mostrado cómo todas las decisiones públicas y privadas en el campo de la planificación urbana en las últimas décadas había contribuido al establecimiento de un sistema real de "  dependencia del automóvil »: Las importantes inversiones públicas realizadas en favor de autopistas, desvíos, intercambios y otras rotondas, en detrimento de la renovación de una red ferroviaria envejecida y el desarrollo de instalaciones para bicicletas, han hecho posible y favorecido la urbanización escasamente periférica. En forma de subdivisiones de casas individuales. Privados de tiendas y servicios públicos, estos distritos no están suficientemente poblados para permitir su servicio eficiente en transporte público, lo que hace que el uso del automóvil sea esencial. Círculo vicioso que frecuentemente conduce a la adquisición de varios vehículos por hogar.
De ahí el sentimiento de descenso que sienten muchos habitantes de estos territorios cuyos estilos de vida son totalmente urbanos y que, por consiguiente, aspiran a acceder a los puestos de trabajo, servicios y comodidades de la ciudad, para ellos y sus hijos, pero quienes están allí. se están volviendo cada vez más difíciles. De ahí la hipersensibilidad al precio de los combustibles.

Necesita reuniones

Hace cincuenta años, el filósofo Henri Lefebvre alertó sobre el riesgo de fragmentación de espacios y grupos sociales inducidos por la desintegración de las ciudades. Argumentó que la solución para contrarrestar estas tendencias centrífugas era la afirmación y la implementación efectiva de un "derecho a la ciudad", una condición de preservación y profundización de la civilización humana a través del acceso a los servicios. y lugares de intercambio y reuniones ofrecidos por la centralidad urbana.