jueves, 10 de mayo de 2018

La ética médica en la obra de Molière

La ética médica en la obra de Molière

UÊ Dra. Patricia Chávez Robledo(1) • Dr. Jair García Guerrero(2) • Dr. Ismael Piedra Noriega(3) • Dr. Cristian García Bruce4 • Dr. Juan Luis González Treviño(5) 
(1) Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Nuevo León. (2,3) Escuela de Biotecnología y Salud, Tecnológico de Monterrey.   (4) Departamento de Radiología, Pontificia Universidad Católica de Chile.   (5) Escuela de Medicina, Universidad de Monterrey.

Un médico es aquel hombre a quien se le paga para que cuente tonterías en el cuarto de un enfermo, hasta que la naturaleza cure a éste, o los remedios lo maten.
Molière


Resumen
Palabras clave: Molière, sátira médica, literatura, ética.

Avances, 19-6
Durante la época del Rey Luis XIV, el dramaturgo Jean Baptiste Poquelin Molière (1622-1672) retrató algunas irregularidades de la sociedad médica por medio de la sátira en sus obras. Ante esta situación, los autores de este ensayo presentan un análisis completo de las obras “El enfermo imaginario” y “El médico a palos”Êcreadas por dicho escritor, en las que se exponen algunos pasajes relacionados con la ética médica; además se desarrolla una serie de reflexiones sobre la materia como la relación médico-paciente, el pago injustificado a los servicios médicos, la mala práctica médica, entre otros.

Introducción
El comportamiento del médico ha variado a lo largo de los siglos. En la etapa pre científica del ejercicio médico, los galenos basaban sus decisiones clínicas en mitos, y las causas de la enfermedad se las adjudicaban a los dioses. Se atribuye al Código Hammurabi el inicio del reglamento médico.1 Con la etapa científica de la medicina, el comportamiento médico presentó dilemas por la sucesión del pensamiento empírico. En Grecia, la moral médica tenía como su obra prima al Juramento de Hipócrates, en donde se establecían normas de conducta con los pacientes y los colegas. Sófocles y Eurípides también crearon modelos éticos a través de la tragedia.2

La Edad Media se considera oscura para la ciencia médica, excepto por los conocimientos generados en las escuelas árabe y bizantina. A pesar de que en Salerno se instituyó la cátedra, la profesión continúa basándose en la imprecisa medicina de Galeno.2,3 

Con el siglo XVII, en el Renacimiento, el prototipo de médico continuó la mezcla entre lo mágico (religión, ficción) y lo científico (Vesalio y Sydenham).1 Esto provocó una serie de consecuencias en el ejercicio de la profesión, como un discurso lleno de frases confusas, aforismos y contradicciones; el uso inadecuado de sustancias terapéuticas, algunas veces ignorando sus principios activos; y también la aplicación de técnicas quirúrgicas inapropiadas.4,5

En esta época, los médicos formaban ya una profesión bien diferenciada, cuya formación debía pasar por ciertos grados hasta la obtención de la licencia legendi impuesta en una gran ceremonia pública, sin la cual no se podía ejercer.(6) De alguna manera, estas prácticas regulaban la moral médica prevaleciente. Dicha moral dictaba que el atuendo de los médicos de la corte del rey Luis XIV consistiera en toga y bonete negros, acudieran en mulas y fueran arrogantes. Esto trajo como consecuencia que se creyeran dueños y señores de la naturaleza humana. Además, debían saber latín y términos médicos que tenían que ser incomprensibles para los pacientes.(7)

El examen físico consistía en una somera exploración de la piel y cavidades accesibles, control de temperatura, del estado de los sentidos y características organolépticas de las excretas. Los diagnósticos consistían en un juego dialéctico de conocimientos previos, cuyo contenido podía ser utilizado en caso de fallar las conclusiones de éstos. Los tratamientos  ofrecían variantes formales que consistían en prescripciones “farmacéuticas” con efectos desconocidos, uso de sangrías, eméticas, purgas, recetas esotéricas asociadas a indicaciones y prohibiciones dietéticas dictadas por algún médico famoso, entre otras.(5,8)
Ante esto, la sociedad exigía diagnósticos y tratamientos precisos y un mejor trato para lograr su curación. Por ello, diversos sectores del arte retrataron al gremio médico burlándose de su formación y su práctica. Los artistas que reclamaron la mala ética médica fueron Molière, Quevedo, Lutero, Sebastián Braut, Thomas Murner, Erasmo, Van Helmont, Le Sage, entre otros.(9) En sus obras, Molière plasmó una mala práctica médica.(10) En este ensayo se presentan reflexiones sobre la ética médica incluida en diversos pasajes de sus obras.

Material y métodos
Nuestro cuerpo de estudio son las obras de Molière “El médico a palos” y “El enfermo imaginario” escritas en el siglo XVII y que presentan un contenido rico en lecciones éticas que en la actualidad se preservan para la práctica médica. Además, se consultó bibliografía relacionada. Se descartaron las obras “El amor médico” y “Don Juan” debido a que estas dos no presentan las similitudes que sí se hallan en las dos primeras: la formación apresurada del personaje médico, el singular trato a los pacientes, la errónea terapéutica médica y la profesión como fuente de lucro y espectáculo.
Se analizan pasajes de las obras ya mencionadas, en las cuales el autor creó interacciones médico-paciente. Se determinan los rasgos característicos de los personajes médicos, así como su entorno. Por último, se comparan las resoluciones a los dilemas éticos planteados con la actualidad.

Vida de Molière
Jean Baptiste Poquelin Molière nació el 15 de enero de 1622 en París, Francia. Fue hijo de Jean Poquelin, un tapicero exitoso y camarista de la corona francesa, y de Marie Cresse, quien murió cuando el pequeño Jean tenía 10 años. Durante su adolescencia frecuentó, gracias a su abuelo paterno, espectáculos callejeros donde fue influenciado por cómicos que parodiaban la sociedad de la época.11Ê(Ver Figura 1).
Estudió en el colegio jesuita Louis LeGrand, donde aprendió latín, griego, teatro y filosofía. En 1641 se graduó de abogado de la Universidad de Orleáns,
profesión que nunca ejerció. Al año siguiente, y gracias a la relación sentimental con Magdalena Béjart, se incorpora a la compañía El Ilustre Teatro en donde comienza a escribir sus obras y a representarlas con el seudónimo de Molière, en honor a Francisco de Molière o a Luis de Mollier.11ÊCon esta compañía pudo viajar a través de toda Francia durante los 12 años siguientes, representando obras al estilo italiano, creando puestas cada vez más exitosas.
En 1658 y con una trayectoria y fama ya renombradas, se presentó con su obra “El amor médico” en el Louvre, frente a la familia real, y así ganó la simpatía del rey Luis XIV. La buena acogida de sus piezas teatrales logró el favor del rey, quien por medio de su hermano apadrinó al grupo y lo transformó en la Compañía de Monsieur.
Con el permiso del rey de crear obras en las que ridiculizaba a la burguesía parisina, trabajó para posicionar a la compañía como el mejor grupo dramático, llegó a ser condecorada con el título de la “Compañía del Rey”. Esto le permitió contemplar las costumbres, modismos y expresiones culturales de una de las damas más importantes de la época: Madame de Ramboiuillet, a quien parodió en “Las preciosas ridículas”,Êlo que le valió hacer enemigos poderosos en la corte.6
La llegada del primer hijo de Molière y las infidelidades de su esposa influenciaron sus primeras grandes obras. En 1664 escribe “Tartufo”, considerada su obra más significativa y en cuyo contenido critica severamente la falsa devoción de la sociedad francesa.12,13 Desde 1655 Molière padeció de tuberculosis pulmonar, lo que lo obligó a abandonar la actuación por semanas. Este desafortunado hecho lo llevó a acudir a la consulta médica con tratamientos fallidos; en esas ocasiones Molière observó la comunidad médica y su conducta profesional. A pesar de su enfermedad pudo escribir sobre la sociedad médica y todas las irregularidades de su práctica, satirizándola en “El amor médico”, “El médico a palos”, “El señor Pourceaugnac, Don Juan” o el “Convidado de piedra” y “El enfermo imaginario”.(11)
El 17 de febrero de 1673, durante su representación de Argán en “El enfermo imaginario” sufrió una hemorragia pulmonar y falleció esa misma noche. Debido a su oficio de comediante se le negó la cristiana sepultura, pero gracias a la intervención del rey se le pudo enterrar en el cementerio de Saint-Joseph.(14)
Molière fue escritor, director, empresario y actor de su compañía teatral. Algunas de sus obras más significativas se enlistan en el Cuadro 1.

La ética médica en la obra de Molière
Durante el siglo XVII Francia se encontraba en conflictos y reestructuraciones a consecuencia de una serie de guerras religiosas, políticas y socioeconómicas que llevaron al desarrollo de una fuerte nación y a la cimentación de la monarquía absoluta. Esto trajo como resultado el florecimiento de grandes expresiones en la área cultural. En el campo literario constituye un hecho sobresaliente la aparición de la Gaceta Francesa en 1631, y de las grandes publicaciones de Descartes, Pascal, entre otros.(6)
La sociedad mostraba una organización estratificada. Ésta se conformaba por niveles sociales bien definidos dependientes del centralismo dominante. La lucha de poder entre estas clases no se hizo esperar, y ello desató una marcada frivolidad en las costumbres y la moralidad pública que a veces caía en el mal gusto. 
Toda esta mezcla de elementos socioculturales proporcionó a Molière, quien fue un gran observador de la estructura social francesa, la creación de prototipos humanos que mantienen su credibilidad conforme pasa el tiempo.
Con dichos argumentos, Molière pudo retratar a la sociedad médica, y creó personajes como el estudiante de medicina hasta el médico con gran prestigió, sin olvidar a los charlatanes de esa época. Gracias a estos prototipos pudo realizar una mezcla entre la realidad y la fantasía, y aportó su lectura de la ética médica para la actualidad.(10)

El enfermo imaginario
La obra titulada “El enfermo imaginario” escrita por Molière en el año 1672 consta de tres actos. Sus personajes son los siguientes: Argán, el enfermo imaginario; Belisa, esposa de Argán; Angélica y Luisa, hijas de Argán; Beraldo, hermano de Argán; Cleonte, enamorado de Angélica; Fleurant el boticario; Bonafe el notario; Antonia la criada; y los médicos Purgón, Diafoirus y Tomás –hijo de Diafoirus. La traducción de Carmelo Sánchez Castro de Editorial Sopena (2001) menciona la palabra médico en singular o plural 59 veces, mientras que la palabra enfermo, enfermos, enfermedad o enfermedades suman 40. Las palabras doctor y galeno son mencionadas en tres ocasiones, al tiempo que la palabra boticario se refiere en 10 veces.(11)

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