viernes, 17 de marzo de 2017

Reflexión del túnel del amor.

Dicen las gentes del lugar que el túnel entre el castillo de Soto y el de Pelúgano lo  ordenó contruír el emperador Alfonso VII como medio de comunicarse con Doña Gontrodo Petri que residía en el castillo de Pelúgano junto a sus hijos, cuando su esposo lo hacía en la torre del Aguilar de Oviedo como tenente que de la misma era. Esto sucedía mientras el emperador era invitado en el castillo de Soto.
La presencia del tenente en Oviedo lo acondejaba el motivo de la presencia del emperador en Asturias, en prevención de un posible ataque del conde Gonzalo al emperador.

Parece improbable haberlo hecho para acudir al tálamo de Doña Gontrodo. Todo Señor ejrrcía tal derecho sin ocultarlo. Por otro lado es sabido que su esposa no le proporcionaba descendencia, ya que a todo Señor se le suponía virilidad. Tal era que el emperador ordenó el rápido traslado de su hija a su Corte de León para demostrar su virilidad y no por amor paternal queriendo asegurar  su descendencia al encargar la educación de la niña a su hermana la Infanta Doña Urraca.

La  construcción de dicho túnel hay que datarlo, ya que su técnica y construcción parece más probable del siglo XX por parte de maquis antifranquistas. Requirió un saber hacer, picado del terreno y orientación.
Es morboso el motivo de las gentes del lugar pero sus propiedades y la no necesidad del emperador de ocultar sus deseos. La continuada separación de doña Gontrodo y su esposo parece que no necesitara ocultar sus posibles relaciones con otros  varones, aunque sea ligera esta mi opinión pues no se tiene documentado este comportamiento salvo con el emperador, por lo que pido prevención por esta opinión a quienes sean gustosos del morbo.




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