lunes, 13 de marzo de 2017

La ignorancia USA. Un riesgo humanitario.

Hay una imprudencia temeraria al dejar desasistidos todos los humanos en tránsito por territorio USA, MÉXICO y CANADÁ, así como aquellos territorios destino de los medios de comunicación (relación).

En esta dejación de responsabilidades, nacionales e internacionales USA, ha de intervenir la ONU y, en particular, OMS; si no lo hace puede ser el origen de la última catástrofe de la humanidad.


La reforma sanitaria de Trump deja sin cobertura a 24 millones de personas

Un informe oficial revela que la aplicación del plan republicano reduce las prestaciones sanitarias a cambio de un ahorro de 337.000 millones de dólares en 10 años

Donald Trump firma una orden ejecutiva en la Casa Blanca. AFP
La reforma sanitaria de Donald Trump se ha quitado la careta. Su aplicación supondría que 24 millones de personas quedarían sin seguro médico en 10 años. Este machetazo en la población más vulnerable permitiría una reducción del déficit de 337.000 millones de dólares en el mismo periodo. Una ganancia de altísimo coste política. La caída masiva de asegurados pulveriza la promesa del presidente de Estados Unidos de garantizar la cobertura universal y da nueva munición a los demócratas, unidos como nunca antes en la defensa del sistema creado por Obama. También dispara las dudas de los republicanos moderados que han manifestado su resistencia a votar una medida que daña el interés de sus electores. Unos y otros, la oposición y los escépticos, podrían bloquear la aprobación de la ley en las cámaras y abrir la primera crisis parlamentaria de Trump.
El cálculo, del que hasta ahora solo se conocen unos pocos detalles, ha sido elaborado por la Oficina Presupuestaria del Congreso, un organismo no partidista y cuyos estudios gozan de crédito general. Nada más conocer sus conclusiones, la Casa Blanca manifestó su “vigoroso” desacuerdo e insistió en que el plan no reduce el perímetro de la cobertura.
El informe analiza los costes del proyecto legislativo presentado la semana pasada por los republicanos en la Cámara de Representantes y que tiene como fin la demolición del Obamacare. En su iniciativa, uno de sus grandes caballos de batalla en sus años de oposición, los conservadores eliminan la obligación de tener seguro médico, congelan para 2020 el desarrollo del programa para los mas desfavorecidos (Medicaid) y eliminan el sistema impositivo que permitió la expansión de la red asistencial con Obama (20 millones de nuevos asegurados). Como contrapartida, favorecen las desgravaciones fiscales en función de la edad y la compra en el libre mercado de las pólizas.
Desde su presentación, las asociaciones médicas han advertido que el nuevo modelo implicará una peligrosa merma en la atención sanitaria y que pone al borde del abismo a 28 millones de personas que aún carecen de cobertura. “La cobertura médica será más cara o totalmente inasequible para los más pobres. Es un proyecto que reduce la atención a los más vulnerables”, afirmó en un comunicado la Asociación Americana de Hospitales.
Los republicanos siempre han contestado que el objetivo no es mejorar la magnitud de las coberturas sino la efectividad de las prestaciones. Pero el estudio de la Oficina Presupuestaria echa por tierra este argumento y señala el verdadero núcleo de la propuesta conservadora: reducir el déficit. La obsesión de los republicanos.

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