viernes, 20 de abril de 2018

Valorando manifestaciones del apartamiento de la banda asesina con otigen en la CAPV.

Estoy escuchando a todos aquellos a los que los periodistas dan palabra acerca de la manifestación hecha por la asociación de delincuentes que instrumantaron los útiles del terror en las poblaciones española y francesa a través de acciones de asesinatos individuales y colectivos sin aviso previo para defenderse.

Estuve escuchando las manifestaciones en varias ocasiones para poder apreciar matices.

Escuché al responable del poder ejecutivo de la CA del País Vasco, al portavoz del partido político Herri Batasuna, al presidente del partido político Ciudadanos, a un portavoz del partido político Popular, al Secretario del psrtido político Sovialista Obrero Español, esposa del asesinado señor Ordóñez, la hermana del asesinado señor Blanco y hermana del asesinado Pagazaurtundua.


Es de esperar de los familiares de las victimas de los asesinos que manifiesten sentimientos cargados de emociones que merman la reflexión.



En aquellos que tienen una educación no racional no se puede esperar emoción alguna ni manifestación racional alguna.



En aquellos que tienen como trabajo la acción de cohesionar la relacion interindividual, o acción política, 



cabe esperar la reflexión racional y, en particular, científica.



Este hecho no sucede en ninguno de los escuchados.



Aprecio que son manifestaciones maniqueas con el fin de deleitar oídos fáciles.



Entiendo que es obligada la reflexión científica sin muletillas, o constantes sociales. En ningún momento aprecio una reflexión causal. 



Tras esta reflexión causal hemos de visionarla bajo criterios constitucionales.



La Constitución se ha hecho fuera de sentimiento alguno, por lo que su aplicación al "mundo real", siempre emocional, no es fácil hacerlo con la frialdad utilizada al ser escrita.



Una primera consideración constitucional:



La condena y la pena de su complimiento tiene como fin el reinsertar en la sociedad al condenado.



Ello implica dos condiciones:



1.- El condenado es rehabilitable.



2.- La sociedad en la que se rehabilite sea aquella deseable. La sociedad de la que proviene no es causa de la condición de delincuente del condenado.



Nota.- Hay que tener en cuenta, pués, dos hechos:



1.- Se ha considerado que la subsociedad de la CAPV de donde proceden los condenados, ha llegado a tener una dimensión no inferior a 180.000 según las manifestaciones electorales.



2.- No se conoce una acción política rehabilitadora de esta subpoblación.



3.- La CAPV es un Señorio y, por ello, fuertemente jerarquizado. Un jefe guerrero con poder fuera de la familia. Una mujer educadora en la tradición de la familia.

La familia del Señorío de Vizcaya es un amtriarcado férreo.



Se hace necesario un estudio antes de tomar, o manifestar medidas de rehabilitación de la subsociedad que educó a los condenados.



Por otro lado, quienes manifiestan dejar de delinquir no parece que sean aquellos en busca y captura por las autoridades policiales y judiciales.



¿Cuantas matriarcas han sido dtenidas? No ya condenadas. Ninguna.



 Esta es la manifestación de no tener una subsociedad en la que rehabilitar a los condenados. Es decir, los condenados no lo han dido bajo el amparo de la Constitución.



Merece la pena , y es obligada, la lectura de Sabino Arana para poder entender el proceso de desinformación de la CAPV a base de mitos y no de historia.







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