viernes, 20 de abril de 2018

Cena aniversario de mis 17 años

Mis compañeros cenan. No puedo acudir. 

¡Suerte compañeros!


Terminado el curso académico, dudé seguir estudiando. Me fuí a Madrid solo para reflexionar.

Regresé sin haber decidido. Me presenté. Me habían inscrito en inglés. Me examinaron en inglés, sin tener deseo alguno de corregir el error.

No volví a casa, me quedé en la casa de Oviedo. Sonó el teléfono. Al día siguiente, ya de tarde, regresé a casa. Acudí a mi madre, sentada en la pomarada: mamá, aprobé. ¿No te examinabas ayer? Sí. Llamó tu hermana para preguntar si ibas a Madrid como habías quedado con ella. Sí. Tu padre te dejó dinero en su mesa. Fuí, lo recogí. Me marcho. Vale. Me fuí a Oviedo. En la secretaría de la Universidad decidí, con una peseta, lo que estudiaría.

Ya de noche me subí al tren nocturno, "el expreso", y me dirigí a Madrid. No deseaba ir a la Universidad. El probar no sería tan malo. Me gustaron las clases. No me gustaron tantas huelgas y protestas. 

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